Semen, una historia de amor.
Quién nos mandaría a nosotros dedicarnos a la economía Ismael. Es como si cada mañana, lo primero que te metes en el cuerpo es un batido de política, filosofía, sociología, estadística y matemáticas. Que locura. Pareciera que, en la sociedad de hoy, los economistas fuéramos imprescindibles y que, a la vez, sobramos. Como el chiste, hacemos muchísimo en el corto plazo que significa nada en el largo. Fíjate, el otro día, en las noticias, hablaban de la oferta y la demanda. Se han publicado las cifras de la inflación y los alimentos no paran de subir de precio. Los chinos ahora beben café, se ha disparado la demanda. A la vez, sequía e inundaciones en los países productores, África y Brasil, hace que se coseche menos café, a la vez, como hay más gente que quiere beberlo, sube el precio. Soluciones a esto las hay, podríamos, por ejemplo, aunque alguno no lo crea, vivir sin café, podríamos dejar de tomarlo y eso que nos ahorramos. Lo que no podemos, sin embargo, es vivir sin beber agua, p...