miércoles, 19 de marzo de 2008

Lunático

Quiero la Capacidad de Dar a Luz a Otros”, pidió Artemisa a su padre Zeus cuando éste le preguntó que regalo quería para su tercer cumpleaños.

Los lunáticos confesos entendemos que el compás del ritmo vital, es marcado por ese faro que manda en la noche y nos cautiva cada vez que levantamos la vista. Sabemos que no debemos plantar ajos sin contar con su presencia, pero tampoco cortar cañas si ella está. El corte de pelo, la concepción, la poda, la siembra, los alumbramientos,…, nada se mueve sin que ella medie.

Homero la llama “Potnia Theron”, el alma de los animales salvajes, acaso es por eso que los viajeros la tienen especialmente en su pensamiento, y presumen de haber estado con ella en los más remotos lugares, desde la montaña más alta, al rincón más remoto, en alta mar y en las profundidades del bosque. De haber tenido su calor en el frío polar y su frescura en las noches de arena. Su inundable luz argéntea en Nungwi o su trémula silueta tras el humo que emana del Luna Park

La luna, rodeada de estrellas, o envuelta en nubes, arranca una sonrisa a aquel que la mira, es inevitable, tal vez porque nos invade la retina, algunas luces, sonidos y sabores, no tan lejanos.

Inspira su esfera, mora y flamenca, radiante de primavera:

"Y en mis sueños tengo yo/una mujer y la luna/la mujer siempre vestía/la luna siempre desnuda
Cuando yo me desperté/junto a la mujer desnúa/por los balcones del sueño/se va cerca de la luna"

1 comentario:

NoEsPaTanto dijo...

Pregunta para ti... ¿qué de verdad hay en eso de que la luna cambia nuestros comportamientos?, como lunática creo que sí, pero claro, las hormonas también nos hacen que nos comportemos de una u otra manera, gente cree que los horóscopos influyen en cómo somos... ¿qué pasa entonces?¿somos como somos por circunstancias? ¿tiene algo de científico esto?...

Como dice Bunbury "qué fácil resulta echarle la culpa de lo que me ocurra a la luna"