Además de intrépido, valiente, sagaz y hábil, el explorador, puede tener otras cualidades y propiedades, según el ámbito en el que nos movamos. En Moguer, tiene virtudes deliciosas al paladar, pues pasa por ser uno de mis favoritos. Y es que La Victoria se esmera en cada hornada, así pues, la crema de leche del interior es una intensa aventura, propia del más puro Indiana Jones -el de antes-.
Para los amantes de lo dulce, tierno y de largo paladar, describir que el explorador mogueleño, más concretamente el explorador de La Victoria es un pastel de bizcocho de yema escudillado en círculos, cortado por la mitad y relleno con crema de leche.
Hoy se cumple medio siglo de la pérdida de un hombre que, dado su alto grado de sensibilidad y atención a los detalles, quiero creer que compartiríamos afición hacia esos exploradores. Él también lo fue en el sentido más puro de la palabra.
Juan Ramón fue capaz de convertir una margarita del camino, en estrella. Se concentra en cosas cotidianas y sencillas, y les extrae su esencia. Maravillosa magia.
Te deshojé, como una rosa,
para verte tu alma,
y no la vi.
Mas todo en torno
--horizontes de tierras y de mares--,
todo, hasta el infinito,
se colmó de una esencia
inmensa y viva.
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