sábado, 12 de julio de 2008

Sin rechistar

Parece que el mayor inconveniente ha sido que no se ha cumplido la tradición de ser el primer país visitado en el inicio de la legislatura. Y la culpa la ha tenido la agenda de Mohamed VI, como si ese pequeño libreto, con fechas en la cabecera de cada página, pensara y decidiera por si sólo, si estos dos países vecinos y hermanos deben poner o no su equipo diplomático a salvar muebles a diestro y siniestro.

No entiendo la nula réplica a la batería de mensajes subliminales, y no tanto, que han rodeado esta reunión: La minibandera rodeada de tantas marroquíes, el saludo en castellano, el lugar y fecha de la cita. En las cinco horas que Rodríguez Zapatero ha estado en territorio marroquí, en el sexto aniversario de la toma de Leila por seis gendarmes, el presidente del gobierno se va allí, a Oudja, la puerta que Marruecos tiene abierta con Argelia, con sentido sólo de venida. Casualmente el monarca alauita está allí por sus próximas celebraciones de Alhucemas. Curiosas celebraciones.

De nuevo, los mismos temas en la agenda, donde se incluiría, pues no estaba previsto, el tema de inmigración tras los últimos sucesos. Me cuesta creer que la señora-diosa agenda permita hacer el hueco para hablar de esos temas que, por cierto, no han tenido ni el más mínimo espacio en la prensa marroquí. Pero bueno, no es nada sorprendente pues tampoco hay espacio para explicar, si se puede explicar algo y de algún modo las barbaridades que están pasando en Sidi Ifni.

A buen seguro que Mohamed VI ha podido explicarle con detenimiento a Zapatero, y, en castellano, para que no tenga ningún problema de comprensión, las razones por las que considera Ceuta y Melilla de soberanía marroquí, y también le habrá explicado el plan de puesta en marcha de las nuevas centrales, esas que producirán la energía que venderán a buen precio a España.

No hay comentarios: