No sólo ocurre eso con personajes populares, pues con las redes sociales de internet en plena ebullición, resulta complicado parar la difusión de fotografías propias.
Y como prodigio divino, en el polo opuesto, están, las contadas personas de las que no existen fotos, su rostro es misterioso. Es el caso de Lalla Abla y Lalla Latifa, abuela y madre, respectivamente de Mohammed VI, de ellas, nunca ha salido en prensa, ni usa sola fotografía.

Sin apagarse los comentarios de esa noticia, rápidamente, apareció otra portada para Al Ayam, cuando, unos 200 titulados universitarios, se encerraron en la sede del partido del gobierno Istiqlal, para protestar por la falta de oportunidades laborales. Tras casi doce horas de negociaciones, el gobierno ha prometido crear 1.200 empleos en los próximos días, los cuales serán ocupados, preferentemente por aquellas personas, que demuestren haber participado de manera activa en las protestas de los últimos meses. Bizarra manera de opositar.
Pero así, sigue funcionando nuestro vecino del Sur, al que la crisis económica está golpeando en su línea de flotabilidad, pues, su mercado está en Europa.
La situación social se hace cada día más complicada allí, y los actos de protesta pondrán en mayor evidencia la falta de operatividad y resolución de problemas que tiene el Estado y monarquía marroquí. Para entonces, Mohammed VI, echará mucho en falta el respeto, la simpatía y el cariño que sus súbditos, si que tenían para con su padre.
1 comentario:
Gracias por ilustrarnos sobre nuestros vecinos, a los qué sé que has tratado bastante: para mi es una nación más desconocida de lo que debiera.
Podemos pensar que superamos a Marruecos en "libertad", la cual, para que sea real, debe contar con unos ciudadanos formados e informados, pero...¿hacia donde vamos en este sentido en España y por qué?
Nada, sigamos con la prensa del corazón, con el Marca y con los documentales "polítcos" (que no históricos) de la Guerra Civil...que la gente ha venido pensando que no hay que preocuparse, que los paises y sociedades nunca van "para atrás" y con la certeza de que todo "progreso", vaya a donde vaya, es bueno.
Álvaro Granverga
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