sábado, 7 de marzo de 2009

Darwinismo sindical

En varias ocasiones me he resistido, en las últimas semanas a sacar a la palestra los actos de reconocimiento hacia la figura de Darwin en el 200 aniversario de su nacimiento. Y oportunidades no han faltado, con atrayentes exposiciones monográficas, e incluso un ciclo muy interesante la pasada semana en Sevilla, en la que se puso de relevancia la figura de Antonio Machado y Núñez como divulgador de la teoría darwinista.

Sin embargo, hoy me ha sorprendido un nuevo adepto al darwinismo, Cándido Méndez, secretario general de UGT, cuando a su salida de la reunión con los representantes de los empresarios explicaba como, la patronal apuesta por la supervivencia exclusiva de los fuertes queriendo aplicar un “darwinismo social y económico”.

Curioso, y también, en mi opinión acertado comentario, pues es una realidad. Lo que ocurre es que, al igual que a los contemporáneos de Charles les costó asimilar la noticia; a muchas personas y organizaciones les está costando asumir que el tsunami puede llevarse por delante hasta los mas fuertes, sólo porque cometieron la imprudencia de estar en puestos cercanos a la orilla.

Los convenios que quedan por revisar afectan a 5,1 millones de trabajadores y a 766.851 empresas. Y el principal problema, vuelve a ser el precio, los sindicatos no aceptan una subida salarial por debajo del 2%, lo cual, según ellos "es coherente con la crisis y perfectamente encajable en la vida de las empresas" según Méndez.

Se han aplazado las negociaciones hasta abril. Ahora la máquina de la evolución darwinista tiene que pararse hasta después de Semana Santa, momento en que se habrán renovado los cargos en la CEOE. Quizás sea nombrado un nuevo presidente contrario al evolucionismo, pero sin que nadie se engañe, la teoría darwinista también debe ser aplicada a las empresas, hay leña del mono también para ellas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los sindicatos están anclados en el pasado, sólo basta darse una vuelta por la sede sindical de UGT, y ver las paredes de los pasillos y despachos, por ejemplo. Las razones concretas no las sé, pero cabe pensar que sea la forma de justificarse ya que cada vez pintan menos.

Hacen falta los sindicatos, el asesoramiento al trabajador, etc., pero creo que la actitud, los mensajes que ahora lanzan (que son medias verdades y algo demagógicos)a estas alturas y con la que está cayendo es una irresponsabilidad total.

Ni ellos los políticos en general, están a la altura de la situación...

La opinión de Álvaro Granverga