sábado, 14 de marzo de 2009

Las vacas Aghanya

Las consideraciones religiosas suelen estar basadas en sabios criterios tradicionales. A veces, el hilo conductor hasta la causa se pierde, y resulta muy revelador enlazarlo con realidades cotidianas.

La vaca, en la tradición vaishnava hindú es aghanya (aquello que no ha de ser matado). Hay varias razones para esto, la más importante, que en realidad se aplica a todas las entidades vivientes del planeta, es el ahimsa. Ahimsa es una palabra sánskrita que significa 'no-violencia', y es uno de los pilares de la tradición vaishnava.

El ahimsa es tan central a la cultura vaishnava, es porque las vacas eran muy queridas por el Señor Krishna, un avatar (manifestación de Dios en la tierra) que apareció hace 5,000 años en Vrindavan, India.

Entonces, hay que imaginar que Dios miró el mundo antes de descender, vio las fuerzas demoníacas encabezadas por el ashura (demonio) Kamsa, que había llegado a ser el rey tiránico de las ciudades adyacentes, vio a los mortales y a las vacas, y decidió descender para servir y proteger a las vacas.

Adicionalmente, a esta historia que rodeó a Krishna, la vaca misma presenta muchas razones para ser admirada, sobre todo por personas que atesoran el ahimsa. Las vacas practican la no violencia, son naturalmente vegetarianas, no suelen ser violentas a menos de que ellas o sus hijos puedan estar en peligro, y en esos casos, tampoco saben bien defenderse porque sus tendencias a la agresión no están muy desarrolladas. Al ser maltratadas se confunden y no pueden entender por que les quieren hacer daño. Suelen desarrollar relaciones amorosas y duraderas con sus familiares, lo cual es indicativo de un elevado nivel de conciencia.

Las vacas tampoco son egoístas, sino que comparten libremente su leche con cualquiera, sean sus hijos o no. En este sentido, la vaca es una fuente y símbolo de abundancia. De ella un pastor puede conseguir leche, quesos, yogurt, cremas y mantequilla por toda una vida y para toda una familia. La vaca da mucho y requiere de muy poco.

Incluso de la caca de las vacas se puede producir fertilizante, y hasta se puede secar y usar para producir leña que (por su alto contenido de metano) se puede encender fácilmente con un poco de fuego y usarse para cocinar en lugar de madera de árboles. Su aroma es, de hecho, agradable (contrario a lo que imaginarán). De este modo se reduce la deforestación y destrucción del medio ambiente. La vaca podría convertirse en estandarte del desarrollo sostenible.

"Uno puede medir la grandeza de una nación y su progreso moral por el modo en que trata a sus animales." - Mahatma Gandhi.

Muchos directores generales debaten y plantean, junto a sus directores de área, qué hacer con las vacas sagradas de la compañía. En multitud de ocasiones cuesta encontrar el beneficio de mantener en la empresa a las vacas sagradas, y, únicamente sale el dilema cuando se cuantifica el alto coste del despido de una de ellas.

La cultura vaishnava, otorga una lección inmejorable del origen y causa de la divinidad de estos seres, es labor de la dirección rentabilizarlas, pues si no lo consiguen, quizás podría pensarse que son ellos reencarnaciones del ashura Kamsa.

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