Las disputas vecinales por competir por las mayores posesiones, las mejores marcas, el mayor prestigio, echándole en cara al otro sus defectos, exagerados hasta límites grotescos suele acabar con los trastos volando en ambos sentidos. La costumbre andaluza

La compañía Viento del Sur nos ha ayudado a mirarnos en el espejo este verano con las representaciones que han realizado, también en La Buhaira, marco delicioso de pareados muros rojos y verdes y ese solemne reloj impasible, que hace de juez de las diez y media.
Es muy particular, y quizás ocurra en otras partes del mundo, como la comunidad andaluza acoge en su seno a los recién llegados con una ejemplar hospitalidad y cordialidad, características que han hecho que, en todas las guías de viajeros se haga constar que, nuestra gente es abierta y hospitalaria. Sin embargo, las dagas más afiladas y envenenadas quedan para aquel que comparte pared cada día, esas mismas que impiden que incorporemos alegría a la convivencia diaria.
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