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En el incesante bombardeo de noticias e informaciones que nos llegan, hemos aprendido a segmentar y filtrar aquellas que puedan ser de nuestro interés de manera casi automática, desechando aquellas cuestiones que no nos implican, que ni nos perjudican ni benefician. Aquellas de las que podemos prescindir y seguir haciendo nuestro camino.

El bombardeo hace que  muchas noticias vayan unidas, solapadas, en noticiarios, cuñas consecutivas de radio, o impresas en la misma hoja de papel, de la que solemos leer una de cada tres noticias. Es importante y necesario no perder la visión de conjunto, la perspectiva.

Isla Cristina es un pueblo costero de la provincia de Huelva que vive del campo, pero sobre todo del mar y del turismo, otras actividades son marginales. Tiene un periódico señero, La Higuerita, decano de la provincia y tercero en antiguedad de Andalucía que, desde hace ya casi cien años es el fiel reflejo de lo que ocurre por allí, una ventana que deja escrito el presente y también el futuro del pueblo.

En su edición del pasado 15 de Noviembre, aparecía en la página 5 una noticia y un anuncio que me llamaron la atención. La noticia: La redacción de un nuevo proyecto de dragado de acceso al puerto, a la ría. El anuncio, la convocatoria de "La 1ª Jornada de Fomento de la Sostenibilidad para el fortalecimiento de los Destinos Turísticos Litorales".

A priori, y si leemos en diagonal, dos referencias positivas para el pueblo pues lo son para el sector pesquero y para el turístico, auténticos motores de la comunidad. En profundidad dos horizontes radicalmente opuestos, incoherentes y casi enfrentados. Detallo.

El dragado de la ría es para favorecer la instalación de nuevos puntos de atraque de embarcaciones deportivas y mejorar el tráfico de entrada y salida, como objetivo complementario está el facilitar el tránsito de la flota pesquera. Un nuevo dragado de la ría volverá a desequilibrar el frágil ecosistema de marismas, fuente tradicional de riquezas del pueblo. Aún quedan muchos marineros que recuerdan lo rico que era el río en chocos, acedías, almejas, centollas... antes de la construcción del actual espigón. La colmatación de la marisma, la pérdida de los esteros tradicionales, la acumulación de basuras y residuos está haciendo desaparecer de manera continua a especies del entorno. Un nuevo dragado no hará sino dejar a medio plazo sin valor natural las casi mil hectáreas con que hoy cuenta el paraje natural.

Ese paraje natural, marismas de Isla Cristina es la fuente de la mayor parte de las fotos que aparecen en los panfletos turísticos de la localidad, anunciándose como un destino de litoral con un alto grado de conservación del entorno. La jornada de "Fomento de la Sostenibilidad" versó precisamente sobre eso, de cómo generar un destino de calidad para los visitantes con un municipio equilibrado y funcionando bajo un modelo de desarrollo sostenido y sostenible, respetuoso con las personas y el entorno.

Ambos caminos son excluyentes. Si los dirigentes consideran necesario y prioritario dragar la ria, perfecto, es su camino, ellos gobiernan en nombre de los ciudadanos que los han elegido. Pero entonces que dejen de gastar dinero en pasarelas desde la que no podrán observarse aves, en paneles informativos que dejarán de tener sentido sus contenidos, que EGMASA deje de gastarse el dinero que está a punto de adjudicar para la licitación de servicios en el Molino de El Pintao, que se anule la jornada de fomento de la sostenibilidad porque es tirar el dinero a la basura de los contribuyentes, porque es engañarse y engañarlos porque es jugar a un doble juego con reglas radicalmente dispares. Que se retire la figura de protección a la marisma, no se convierte más que en un estorbo.

Querer contentar a todos, haciendo un poco de cada cosa es la fórmula del café para todos que no le sirve a nadie. Si se draga la ria de Isla Cristina para embarcaciones deportivas es necesario decir a la ciudadanía que el modelo de crecimiento del municipio y el futuro es el que ya se conoce en muchos lugares de la costa del sol de ladrillo y especulación del suelo y del cual ya tenemos varios ejemplos de como queda el municipio y a donde acaban sus representantes.

Lo que ocurre es que gobierna el futuro de los pueblos no mirando más allá del siguiente semáforo, cruzando todos los dedos posibles y pisando el acelerador para pasarlo antes que se ponga en rojo.