Nuestros abuelos no tenían tan a la mano eso del “No tengo tiempo”, y sería muy deseable que las lamentaciones por la escasez del tiempo vuelvan a desaparecer pronto. Pero hoy, el pánico por desaprovechar la única vida que tenemos, nos puede. El sentimiento de culpabilidad impera cuando tenemos la sensación de que nuestro tiempo no está siendo “productivo”, “rentable”, “útil”, no sólo en el trabajo, también en el ocio. Las vacaciones apresuradas, acaparadoras, queriendo visitarlo todo, fotografiarlo todo, probarlo todo, sin opción al relax son un claro ejemplo.
Encajados en esa dinámica se producen varios paradigmas. El primero es el de la carrera. Cuando alguien nos dice que le sobra el tiempo, empezamos a sospechar que no trabaja mucho. Lo habitual es ir corriendo a todos sitios, y lo que en principio es rapidez, se transforma sin dilación en prisa. Y la prisa expulsa el placer de las tareas cotidianas. Dice Gregorio Marañón que “La rapidez que es un virtud, engendra un vicio que es la prisa”. La prisa es también y todos lo sabemos manantial de errores, imprudencias y despropósitos, "prisa mata", proverbio árabe.
Algunos se encuentran ya en la fase de no poder parar para ordenar y planificar. Son los mismos que reconocen que es imprescindible ordenarse para optimizar el rendimiento. Ni siquiera profesionales de la planificación, como son las enfermeras que cogen cita a los pacientes, parecen terminar de enterarse de cómo funciona. “No hay nada como el orden para enseñar a ganar tiempo" Anónimo.
Cada día debe encerrar momentos para la reflexión. “El tiempo de la reflexión es una economía de tiempo” Publio Siro. Debemos realizar una reflexión diaria sobre nuestra agenda. No colapsar desde el primer momento toda nuestra jornada. Es necesario dejar tiempo para imprevistos, para el ocio, para los nuestros, incluso para nosotros mismos. Se puede empezar por eliminar aquellas obligaciones diarias que nos autoimponemos. Debemos cerrar nuestra lista de cosas pendientes de hacer y no engrosarla por detrás más de lo que somos capaces de aliviarla. Podemos correr el riesgo de quedar mal con alguien si aprendemos a decir no, pero otros muchos lo agradecerán.
Por cierto, querido amigo. Me alegro profundamente de que hayas tenido tiempo de llegar al final de este texto.
4 comentarios:
Te recomiendo http://www.habitosvitales.com/ y me alegro de que tengas tiempo de pensar en el tiempo de los demás.
Estimado Antonio:
Hoy me he levantado con mucha prisa, debería de hacer mil cosas, realizar varias llamas, ordenar varios pagos, buscar a algún cliente, terminar varios informes, entre ellos el que te tengo que enviar.
Pero como todas las mañanas primero leo mi mail.... sopresa, me haz iluminado el día, me voy a la plaza a tomar uno a varios cafes, leer el periodico, charla con la gente del pueblo y probablemente este tarde me anime a dar un paseo por la costa con mis prismaticos a prácticar el honorable arte de al ornitología.
Y el informe te lo envio el lunes.
Gracias amigo.
hola antonio, se me ha borrado el anterior comentario... que raro... bueno que gracias por tu tiempo... que hemos colocado el enlace en nuestra web www.cetreriaonline.com, este año te hemos echado de menos.
saludos,
Marian, Lorenzo y Francis... que duerme como un tronco...d
Enhorabuena Antonio por tu blog. Te sigo y de verdad merece la pena leer tus entradas. Creo que además de interesantes en contenido, éstas cada vez son de mayor calidad. Felicidades por ayudarnos a pensar, que a veces cuesta mucho. Y tu tiempo para el blog bienvenido sea.
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