Pasar a la posteridad, sea como sea.

Esa inquietud natural que el hombre tiene para dejar legado, para ser recordado, para pasar a la posteridad se plasma de las más diversas maneras. Unos plantan árboles, otros tienen niños, otros escriben libros. Unos pocos incluso se perpetúan sin buscarlo. La mayoría firma sus obras y de una u otra manera hacen saber que tuvieron algo que ver cuando la cosa salió bien.

Me parece ver bastante de eso en la iniciativa que abandera Cinta Castillo, actual consejera de medio ambiente de la Junta de Andalucía. El anuncio que realizó hace unos días en Sanlucar de Guadiana, convirtiéndose en poco menos que la salvadora de la comarca diciendo que se va a crear un parque natural en la comarca así lo confirma.

Sin especificar mucho más allá: ni espacio a proteger, ni plazos, ni programa de implantación, ni presupuesto destinado al proyecto, sin concretar líneas maestras que motivan la designación, sin siquiera introducir un plan estratégico que fundamente el futuro plan de ordenación de los recursos, sin aportar nada más, se dedicó a desgranar unos pocos, débiles y nimios argumentos para defender su anuncio : la comarca podría beneficiarse de inversiones por parte de la Junta de Andalucía para la mejora de sus infraestructuras e incluso podrá optar a una serie de subvenciones vinculadas al desarrollo sostenible, la iniciativa supondrá también una mejora para la comercialización y la calidad de sus recursos endógenos con la futura adhesión de sus empresas y productos a la marca Parque Natural, los municipios de la zona se beneficiarán del programa de fomento de las visitas a través de las actividades anuales que promueve la Consejería de Medio Ambiente, además, supondrá una mayor garantía jurídica para los propietarios y para el desarrollo de sus actividades agrícolas, turísticas y ganaderas, sin olvidar la protección de la flora y la fauna.

Que la Junta tenga que acordarse de la comarca a estas alturas, y además lo digan así, suena realmente duro. Sobre los beneficios de la declaración de parque para la economía de la comarca, muchas son las incertidumbres y muchos los años de inversión de pequeños empresarios para hacer rentables los negocios como ha quedado demostrado en zonas de mayor renombre. Y sobre todo, el anuncio de mayores garantías para los propietarios no hace sino generar incertidumbre. Rápidamente los propietarios del cercano parque de Aracena y Picos de Aroche se han apresurado a avisar a sus vecinos para que realicen todos los desbroces, talas, cambios de cultivo y uso del suelo que resulten necesarios antes de que la normativa les impida actuar con libertad.

Ese mismo día la consejera recordó que la Ley de Inventario de Espacios Naturales de Andalucía cumple 20 años. Miles han sido las hectáreas declaradas como protegidas, quizás el futuro parque haga que estas zonas en Andalucía superen el 20% del territorio. Y la fórmula a pesar de tener sus ventajas no es la que mejor favorece la biodiversidad, la concienciación ciudadana, la implicación de los propietarios y usuarios con el menor coste para el ciudadano. O, ¿cual es sino la misión de dicha norma?

El anuncio realizado por Cinta Castillo entristece profundamente a los que esperan de los responsables de medio ambiente que tomen decisiones que ayuden a preservar lo que tenemos. Por varias razones : Si un valor fundamental del hipotético parque del Beturia es el Guadiana, ¿cómo puede obviarse lo que pasa apenas dos kilómetros abajo con Esuri, piscifactorias, degradación del delta, empobrecimiento del Zapal de Castro Marim y las marismas de Isla Cristina? Otra razón. La mayor parte de los términos municipales son cotos de caza, casi toda la población es aficionada y muchos viven del aficionado que va allí a monterías, y ese si que es ya un negocio real. Se ha demostrado que modificar esa situación lleva décadas, ¿mientras tanto?. Otra razón más: el atractivo de la marca "parque natural" se ha demostrado un fracaso. Igualmente el número de visitantes es directamente proporcional a servicios ofrecidos y plazas hoteleras ofertadas, ¿quien forma a la población para redirigirse hace el turismo? Que sean grandes pueblos, cargados de buena gente y hospitalaria no quiere decir que sean profesionales de la restauración.

Y, en mi opinión, la razón más importante. El anuncio realizado por la consejera es una línea continuista a la monotona cadencia que lleva Andalucía en materia de conservación de los últimos doce años. Mediante declaraciones de espacios protegidos no se hace otra cosa sino autobombo político, se gastan largos presupuestos en legislar, guardería, centros de recepción, órganos de gestión, cartelería, material publicitario, etc., pero la biodiversidad no sale especialmente beneficiada. Se cuenta con herramientas muy poderosas aún casi sin explorar en Andalucía y que se han tornado como revoluciones conservacionistas en paises enteros. Son los formatos de espacios privados concertados, son los proyectos de custodia del territorio, son las certificaciones a fincas privadas que desarrollan buenas prácticas.

La iniciativa privada siempre se ha evidenciado como más eficaz y eficiente en todos los campos de actuación. La Junta debe ocupar un papel de moderador y coordinador de actuaciones sobre el territorio, pero no como actuante. Tiene que favorecer y potenciar iniciativas de conservación en espacios privados, pues ya se encargarán los promotores de rentabilizar su inversión. La administración pública debe tener como función marcar las directrices y apoyar aquellos proyectos ambiciosos de los que se beneficiará toda la comunidad.

El camino hacia la conservación de los valores naturales andaluces es mucho más fácil premiando a los gestores de fincas que crean las condiciones adecuadas para que en su propiedad críen la cigüeña negra, el águila imperial, el zorro o el hurón, por ejemplo, que ir diciéndole a todos los que pueden y no pueden hacer con sus fincas. Si Cinta Castillo pretende dejar constancia de la gestión realizada al cargo de la consejería con este gesto, ha errado profundamente.