miércoles, 30 de diciembre de 2009

Una chica decente para Reyes

El régimen franquista consideró una mala tendencia republicana la idea de que la mujer se manejase en los mismos términos que el hombre.


Según la doctrina oficialista de esos años, había dos clases de mujeres, las decentes y las perdidas. Las chicas fantásticas de la Sección Femenina, para reforzar la asignatura de “Hogar” y para ganar adeptas al grupo de las honorables, recorrían pueblos dictando normas para ser decentes: carecer de libido, observar estrictamente las normas sociales de su grupo, frecuentar los sacramentos, vestir honestamente, no cruzar las piernas, aborrecer el tabaco y las bebidas alcohólicas. Se desaconsejaba que las chicas cursasen estudios universitarios superiores en los que eran “obligadas a un trabajo mental excesivo para ellas, que roba riego sanguíneo a regiones orgánicas fundamentales para su porvenir de mujeres” (Vida cotidiana y canciones. España de los años 40 a los 90). No obstante si la chica se empeña en estudiar, lo deberá hacer en carreras propiamente femeninas como enfermera, comadrona o maestra de escuela.
La religión se convirtió en norma general de vida pública.La chica decente construía una vida social en torno a los actos religiosos. Cuando se ocurre, la cotidianedad se llena de muletillas basadas en gestos que congracien con el ojo que todo lo ve. En un país donde incluso los tiempos de cocinado, cocción de huevos, pasteles o guisos y hasta el tiempo de puesta del termómetro a los niños se marca con padrenuestros, rosarios y avemarías, esta situación no es novedosa. Una vida decente, devota, rezadora y procesionadora, tiene en el repertorio, Santas Misiones, Vía Crucis, Adoraciones Nocturnas, Manifestaciones Eucarísticas, Ejercicios Espirituales, procesiones, meses de María, Misas del Gallo, retiros, primeros viernes de mes, triduos, besamanos, novenas, quinarios, peregrinaciones, visitas a Sagrarios, monumentos al Corazón de Jesús, entronizaciones de vírgenes, roperos parroquiales, tómbolas diocesanas, mesas petitorias, rogativas para impetrar lluvia, fiestasantos, romerías, bulas de Santa Cruzada, sermones, Rosarios de la Aurora, fiestas patronales, misas de campaña, de acción de gracias, de difuntos. Sin querer resultar exhaustivo ni añadir las ocupaciones voluntarias que cada uno puede incorporar en su vinculación con la parroquia, con la hermandad, con la cofradía

La Ley de Ayuda Familiar, aprobada en marzo de 1946 determinó que la mujer casada perdiera su derecho a percibir el plus familiar si trabajaba fuera del hogar. La legislación fomentaba el regreso al hogar de la mujer trabajadora, condicionando los premios de nupcialidad a que la beneficiada abandonase su empleo de soltera.

Cierto es que la creación de un ministerio de la Igualdad en España, comandado por una persona que más allá de su cuna, escuela y padrinazgo político, aún tiene que demostrar su valía para dictar normas que rijan los destinos de casi cincuenta millones de personas es excesivo. El Ministerio de Igualdad tiene escasas justificaciones en mi opinión, no hay mayor igualdad que aquella que no merece ser reseñada, y con estos gestos se alimenta un bombo mediático sobre un tema que llega a molestar a muchas ciudadanas españolas, mucho más preocupadas en sacar adelante su familia y su empresa y que pide que sus gobernantes hagan cosas similares.
Sin embargo, comentarios como los del domingo 27, le dan la razón al gobierno socialista. Benigno Blanco, presidente del Foro Español por la familia dijo a boca llena que “La familia subsiste a pesar de la incorporación de la mujer al mercado de trabajo”.

Parece que el señor Blanco quiso explicar cómo el mal de España de estos días es que la mujer trabaje fuera de casa y que la base de la sociedad, la familia, necesita que la mujer esté en el hogar. Dicho de otro modo que la familia, y con ella la sociedad puede irse al traste porque las mujeres demuestren su valía en el entorno empresarial y sean capaces de sustentar económicamente su núcleo familiar. Quizás el Foro podría retomar la Ley de Ayuda Familiar y proponerle al Ministerio de Igualdad su entrada de nuevo en vigor, para eso son tal para cual.

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