El convenio astronómico establece que este año, la estación se inicia el sábado 20 a las 18:32 hora peninsular española, para ello, estudiosos tienen en cuenta la secuencia de años según el calendario (unos bisiestos, otros no) con la duración de cada órbita de la Tierra alrededor del Sol (duración conocida como año trópico). En ese momento, el centro del Sol, visto desde la Tierra, cruza el ecuador celeste en su movimiento aparente hacia el norte. El día en que esto sucede, la duración del día y la noche prácticamente coinciden, y por eso, a esta circunstancia se la llama también equinoccio de primavera.
Quizás no tenían las Tres Gracias ese pensamiento en la cabeza mientras disfrutaban de la explosión de vida que las rodeaba, pues Sandro Boticelli se encargó de tenerlas ocupadas en la contemplación de, prácticamente todas, las especies de flora existentes en la Toscana en esa figurada puerta de entrada al paraíso. Antonio Vivaldi incorporó los alegres movimientos de abejas y mariposas a ese cuadro. Idílico.
Con el florecer del campo, los poetas afinan sus plumas, los enamorados exhiben sus mejores atributos, hasta las aves cambian su plumaje para recibir a esta esplendorosa época. Cualquier despliegue de medios se antoja escaso. Hasta en el entorno más recóndito el aspecto más hacendoso gana la partida a la pereza y los pueblos de Andalucía se visten de cal nueva, los prados castellanos se pueblan de pastos, los bosques murmuran mil trinos y las montañas ofrecen un maravilloso rumor de deshielo.
¡Qué más quisiera que pasar la vida entera como estudiante el día de la Primavera!, puesto en boca de Calamaro, de Vicentico o de quien imagines.
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