sábado, 17 de abril de 2010

Lugar: Isla Cristina, Momento: Fiestas del Carmen 2009

Los hechos ocurridos en las pasadas fiestas del Carmen de Isla Cristina ya son por sí mismos un capítulo suficientemente grave y cobarde. Sin embargo, si nos lo proponemos, incluso podemos empeorarlo:


Los acusados (los mayores de 14 años, claro): “Se han eximido de toda culpa y han enfrentado sus versiones ante la juez

La Víctima: Todos se sitúan en el lugar de los hechos, pero “Se implican unos a otros

La abogada de la familia, Bárbara Royo: "Se está pidiendo lo máximo".

Germana Artiel, madre de la víctima: "Yo no sé qué pensar; creo en la Ley, pero ya no sé qué pensar",

El compañero sentimental de la madre de la víctima, Fidel Canela: En Isla Cristina "hay muchas violaciones, pero se tiene miedo a denunciar y no hay que tener miedo".

El juicio quedará visto para sentencia el próximo jueves. Los expertos y jueces deben analizar la información recogida y tomar sus decisiones, las cuales deben de estar alejadas de cualquier presión mediática. El objetivo a cumplir múltiple: Que la víctima y sus allegados puedan volver a su vida cotidiana con la máxima celeridad, dejando este capítulo en la memoria. Que los acusados, si es que se demuestra que son culpables, reciban una lección que les elimine de por vida la idea de cuestiones mínimamente parecidas. Pero hay un objetivo crucial, hecho mensaje a la ciudadanía, a la sociedad: transmitir que hay un sistema policial y judicial eficiente y eficaz que vela por todos y que se encarga de perseguir y arrinconar a los que no saben convivir.

Ahora me vuelvo a las declaraciones. Sin emitir juicio de opinión sobre si de ellas, tienen más culpa las que las dijeron o los que las escribieron y comunicaron. Ni unos ni otros debieron hacerlo. Con ellas, no colaboramos desde luego a construir una mejor sociedad, la cual es necesaria en Isla Cristina tanto, como en cualquier otro pueblo de España.

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