jueves, 18 de noviembre de 2010

Incredible Edible

Sustituir las rosas y margaritas de los jardines por brócolis y berenjenas puede proporcionar un halo de exposición de arte contemporáneo al aire libre más que un modelo de vida. Propuestas subgeneris no faltan, en estos días en La Casa Encendida puede verse como la descomposición de unas fresas puede modelar un paisaje rojizo de lo más sugerente.


Pero no, la idea de aprovechar los espacios útiles y cultivables de las ciudades para obtener alimentos y riqueza para la población residente está dejando de ser descabellado. Un precioso ejemplo está en el condado de West Yorkshire en Inglaterra, en Todmorden, donde está en plena consolidación el proyecto Incredible Edible.

Con Comestibles Increibles se pretende inculcar un nuevo concepto de vida: aumentar la cantidad y calidad de los alimentos locales que se cultivan y se consumen en la comunidad. Pero la idea va mucho más allá de transformar los jardines en huertos. Es necesaria la complicidad de la población (Todmorden tiene 15.000 habitantes) , el cooperativismo, la integración, la eliminación del tráfico rodado, la optimización del uso de espacios y recursos...

Hay que eliminar viejos clichés y prejuicios, desarrollar destrezas, pero sobre todo ejercitar el espíritu. Entre las metas para el presente año, entre otras, el proyecto ha definido que “el cultivo es un indicador del bienestar para los servicios públicos”, las escuelas locales están llegando a ser autosuficientes y son los estudiantes los encargados de cultivar los alimentos que acabarán en las mesas del comedor escolar.

La propuesta está calando y se está llevando ya a cabo en otras ciudades. Las más destacadas son York, Huddersfield y Granada.

Según ellos mismos promulgan, el proyecto está sustentando en unos pilares básicos: la creación de oportunidades, favorece inversiones, lleva a cabo formación en habilidades relacionadas con la tierra y medios locales de difusión y compra de alimentos, elimina de obstáculos a la acción local, desarrolla principios compartidos, favorece la participación activa de las personas,genera sentido de pertenencia, existen objetivos compartidos comprensibles para todos, desarrolla una firme creencia en uno mismo, hace intuir lo necesario y urgente, considera que no hay una sola solución, sino un rompecabezas de muchas piezas, se recompensa el trabajo manual, se crean puestos de trabajo, las familias obtienen directamente el fruto de su trabajo, y apertura. Y ante todo, se consideran un grupo abierto.

El proyecto no puede ser más simple. Aprovechar el espacio para fines útiles, utilizar el tiempo para cuestiones importantes. No se cansan de repetir una frase cautivadora: “Cuando tienes más espacio y tiempo, tal vez puedas pintar un cuadro muy grande

1 comentario:

Juan José Ramos dijo...

Compañero,
Yo desde mi última mudanza a Los Silos, he convertido mi patio en un huerto con maceteros... cultivo lechugas, tomates, fresas, pimietos y varias aromáticas... el siguiente paso es comprar más maceteros y seguir creciendo poco a poco.. Además mi basura organica la meto en una compostadora con lombrices, muy práctica y fácil de tener en el patio.. La verdad que el cuidado de mi mini huerta se ha convertido en un ejercicio de relajación para los días de duro trabajo... jejeje.. gracias por el post.. Un fuerte abrazo..