lunes, 31 de enero de 2011

Salir del desánimo

Coger distancia ayuda. Aumenta la perspectiva, entran más elementos en el enfoque y se mejora la capacidad de análisis. A medida que hayamos conocido e interpretado los datos, podremos ir aumentando el zoom.


A comienzos de año, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha publicado un estudio denominado Tendencias mundiales del empleo 2011. El desafío de la recuperación del empleo. Los datos son tan contundentes que llevan a la organización a incluir el asunto del empleo en la próxima reunión del G20 en Cannes. No es para menos, la crisis desencadenada en el verano de 2007 ha destruido 28 millones de empleos. De los 3.300 millones de personas en el mundo dispuestos a trabajar, 205 millones no lo conseguían. Hay 78 millones de jóvenes de menos de 25 años en búsqueda de empleo. El 20% de los trabajadores viven en situación de pobreza extrema (ingresos menores a 1,25 dólares diarios).

Acerquémonos. En España, desde el verano de 2007 se han perdido más de dos millones de empleos. La dramática cifra de los 4.000.000 millones de parados que tanto se temía hace tiempo que se sobrepasó (hay ahora 4.696.000 desempleados, un 20,33% de la población activa). Los parados de larga duración son 2.154.700 personas, los jóvenes de hasta 25 años tienen una tasa de desempleo del 42,80%. Hay en España unos 1.328.000 familias en las que ninguno de sus miembros trabaja.

Aunque por comunidades autónomas, el record triste lo tiene ahora Canarias, es Andalucía la que tiene en su territorio el mayor número de parados a final de 2010: 1.127.400 personas, un 28,35% de su población activa.

Mejor no descender de nivel, sería necesario entonces poner nombres y apellidos y las circunstancias se hacen especialmente comprometidas. Son demasiados los que dejaron la pasada noche la esperanza a los pies de la cama. Aunque los políticos se esfuercen en poner maquillaje amable a la situación, Sara Baliña y José A. Herce, lo titulaban muy bien en su análisis. Desánimo, “desanimados”.

Con un consumo interno débil y del que se esperan pocas alegrías, no se espera que la economía mejore sustancialmente este año. Y como hemos leído en demasiadas ocasiones, cuando salgamos de la crisis, lo último que se recupera es el empleo. La situación va para largo, reputados economistas siguen sin atreverse a decir hasta cuando.

Quien no lo haya hecho, que se ponga en marcha, de esta tendremos que salir solos.

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