martes, 8 de febrero de 2011

El Garum Hoy

Artículo publicado en el Periódico La Higuerita

La escasez de proyectos empresariales en diversos ámbitos sectoriales es una realidad constatada. Algunos lo achacan a una cuestión de valores, de iniciativa, de asunción del riesgo. Otros muchos, yo entre ellos, a una cuestión de canales, de herramientas, de acceso a la formación, información y a la financiación.


El cohete de las tecnologías y la conciencia de la globalización han transformado los planteamientos. Hoy, los proyectos tienen que ser rentables y sostenibles, ahí es nada. Si le añadimos que además, son imprescindibles los clientes, la cuestión se complica de forma extrema. Porque sin clientes no hay ventas, ni producción, ni trabajo, ni resultados, ni rentabilidad, ni sostenibilidad.
La receta original del garum se perdió hace mucho tiempo. Original del siglo VIII a.c., y llegado a la Península Ibérica tres siglos después, se convirtió en la principal industria y fuente de riqueza de la que era entonces una provincia romana.

Existe una importante lección que nos dejó tan famoso mejunje, explica José Ignacio Goirigolzarri: "el verdadero secreto del garum, es que lo importante no era la receta original (el conocimiento base). El garum era fundamentalmente "un mercado" que para la ejecución de las recetas optimizaba la coordinación entre industriales y pescadores, por un lado, y por otro, de éstos con el mercado de las principales ciudades con una compleja red de transportes".
Lamentablemente el sector pesquero no está en su mejor momento histórico. La flota de bajura sufre en carnes propias el agotamiento de los caladeros, y la de altura mira con pesimismo las cifras de los últimos meses y los malos augurios para el futuro.
El informe presentado por la UE sobre las posibilidades de pesca en aguas de la UE para el 2011 sólo sirve para confirmar la falta de éxito de las medidas adoptadas en la Política Pesquera Comunitaria. Las cinco grandes directrices de explotación para el 2015 han de interpretarse en clave de: disminución, prudencia, conservación y explotación sostenible de los recursos. Por ningún lado se deja resquicio a hablar de una posible potenciación del sector.
Cualquiera de los anteriores argumentos lleva a reflexionar sobre el actual tamaño de la flota. La conclusión es evidente, la flota está sobredimensionada y estará cada año que pase en peor situación relativa. Diversos informes especializados dejan claro que el actual sistema de asignación y distribución de la política pesquera comunitaria impide a la flota pesquera adaptarse al futuro. En otros términos, la actual política comunitaria pesquera hace aguas por todos lados.

En este contexto, cuesta mucho encontrar la vía de aportación positiva efectiva a uno de los objetivos principales del Centro de Innovación y Tecnología de la Pesca y Transformación de Productos Pesqueros CIT Garum que se construye en Isla Cristina: "La búsqueda de valor añadido a la pesca extractiva". La pesca extractiva no se enfrenta a unas buenas perspectivas. Toda ayuda es poca podría decirse, pero el empuje tiene que ir mucho más allá de una frase grandilocuente. El sector de pesca extractiva, el artesanal, el de bajura, el de los grandes barcos de alta mar parece no tener el futuro muy claro a tenor de la información previa. La remodelación del sector pesquero requiere actuaciones de profundo calado, nunca ha venido mejor al caso la expresión.

Considerando otras frases de titular mediático, llaman también la atención las declaraciones de algunos dirigentes políticos: el centro servirá para "estimular la innovación en el sector pesquero, lo que supondrá la creación de nuevas empresas" (María Luisa Faneca, alcaldesa de Isla Cristina). La innovación práctica, efectiva, eficiente, la que llega al mercado y se transforma en empresas que generan riqueza se genera, siempre se ha generado a contracorriente por personas y entidades que han sido tachados de inconscientes, que han apostado por un modelo rompedor en sus formas en sus objetivos.

El CIT Garum no hace sino clonar el modelo de institucionalizar la innovación, tratando de cocinarla encerrada entre paredes. El centro que se está ultimando de construir tiene un coste de 4.525.004,57 euros, que están siendo financiados por el Ministerio de Ciencia e Innovación. El 70% de dicho coste será aportado por el FEDER, con cargo a la asignación de la Dirección General de Investigación y Gestión del Plan Nacional de I+D+i, dentro del Programa Operativo de Economía Basada en el Conocimiento. El 30% restante es un préstamo al Ayuntamiento de Isla Cristina.

Isla Cristina es uno de los principales puertos pesqueros del sur de España, su importancia en el sector sigue siendo manifiesta. La Lonja de Isla Cristina se sigue situando entre las más importantes de las 25 existentes en Andalucía. En la comunidad andaluza se superaron en los tres primeros trimestres del año 2010 los 42,7 millones de kilos de pesca, lo que se tradujeron en unos 113 millones de euros de ventas. La lonja isleña según los mismos datos de los tres primeros trimestres del año 2010 es la primera en facturación (16,4 millones de euros) y la cuarta en volumen (4 millones de kilos).

Pero las noticias del sector a nivel regional no ofrecen gran optimismo, por citar los últimos ejemplos: cierre temporal hasta julio de 2011 del caladero de la chirla en el Golfo de Cádiz, necesidad de la realización de un plan de ajuste del sector de draga hidráulica, la dudosa continuidad de la pesca del atún rojo, el aviso de agotamiento de los caladeros de cigalas o el aumento de la rigurosidad en los análisis de presencia de biotoxinas en el marisco.

Si consideramos el volumen de la flota pesquera isleña, compuesta por 258 embarcaciones, distribuidas en según sus modalidades en: 150 arrastreros, 12 barcos de cerco, 50 barcos de dragas hidráulicas (chirla), 24 embarcaciones de rastro, y 22 lanchas artesanales, podemos hacernos una idea del número de familias que de manera directa, o indirecta (comercializadores, pescaderías, rederos, suministros, mecánicos, astilleros, transporte, etc.) viven de ésta, la principal industria isleña.

El CIT Garum se convierte ante todo, en un escaparate, en un foco de atención, pero dista mucho de convertirse en un motor de cambio y mucho menos en una solución para el sector. Es necesario contextualizar y destacar que el Garum se suma a otros muchos 19 CIT sectoriales que ya funcionan en Andalucía y a 11 parques tecnológicos. Algunos de ellos cuentan con años de andadura, tienen invertidos entre sus paredes centenares de millones de euros, en su mayor parte procedentes de fondos europeos y cuyos recursos están en demasiados casos infrautilizados y perdiendo valor por simple y llana obsolescencia tecnológica y por la falta de proyectos que rentabilicen y pongan en valor dichas instalaciones.

El desarrollo, la innovación genera ventaja competitiva. Por definición, por supervivencia, las empresas son celosas de su innovación pues se convierte en su fuente diferencial de rentabilidad, es decir, la que puede, con mayor probabilidad, reportarle ventas y rendimiento económico. Para que la investigación sea compartida y desarrollada en centros públicos como el CIT muchos complejos ingredientes tienen que meterse en la coctelera. Esta circunstancia está ya siendo constatada en otros centros tecnológicos andaluces que ven como las principales empresas del sector realizan los proyectos de manera individual y privada.

No, la solución al sector pesquero isleño y andaluz no es el CIT Garum, la solución no pasa por meter entre las paredes de la antigua fábrica tantísimos euros y ponerse a inventar proyectos que sean capaces de captar fondos europeos. Por muy bonito que quede el edificio en el muelle Martínez Catena, quizás hubiese sido más interesante invertirlos en montar arrecifes artificiales, de demostrada utilidad, invertirlos en modernizar aparejos y técnicas extractivas que permitan una pesca selectiva y no abrasiva, invertirlos en primar proyectos de acuicultura en mar abierto, realizar un análisis serio y consecuente sobre la remodelación de la flota pesquera, atendiendo a la situación de los caladeros y de los propios implicados.

La situación del sector pesquero isleño y andaluz es realmente preocupante y su futuro, su prosperidad, está, al igual que hace muchos siglos con el garum, en los mercados. El futuro pasa por poner en valor la calidad de unos productos únicos, esos que, de manera sostenible, cada día los marineros traen de la mar. Generemos marca de nuestros productos pesqueros, desarrollemos canales de comercialización, favorezcamos que el producto llegue al mercado que mejor sepa valorarlos.

No hay comentarios: