Con el conflicto de Libia también estamos alcanzando límites absurdos en la estrategia de comunicación. Hoy martes hay una nueva reunión tras las declaraciones de los líderes europeos de ayer. Al final de esta reunión, se comunicarán las decisiones adoptadas sobre “la acción militar” ante “la situación libia”.
Estamos acostumbrándonos a tener que leer entre líneas cuando accedemos a la información para poder filtrar lo que en realidad se quiere decir tras los titulares de prensa, radio y las declaraciones de los políticos. Ya se que no es técnicamente correcto hacer afirmaciones malsonantes y agresivas, pero considero que nos toman por estúpidos. Estamos en guerra. Es malo, es triste, pero es cierto.
Estamos participando activamente en un conflicto de armas. Hace pocos años hubo una movilización muy importante de oposición popular ante una situación técnicamente similar. Estuvo alentada y mantenida por entidades políticas, personalidades públicas y medios de comunicación. Esta vez no está ocurriendo así.
En estos días salen aviones cargados de armamento desde las bases militares españolas, barcos de la armada y submarinos salen desde nuestros puertos. Pero esta vez, parece que todos debemos estar complacientes con la idea de desbancar a un viejo sátrapa que hace una buena temporada que perdió la cordura.
Estamos algo pasotas, quizás por el hastío y la pastosidad que en los últimos años produce la política, pero no somos estúpidos. Con esta estrategia, políticos y medios de comunicación no hacen sino tirar a la basura el poco respeto que aún les tenemos.
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