viernes, 3 de junio de 2011

No saben escribir, no les gusta leer

En las crisis sectoriales lo más grave que evidenciar el descenso de las ventas son los defectos de base, los fallos estructurales del propio sector, como son errores en el modelo competitivo, falta de aportación de valor de las empresas que lo componen, carencias fundamentales en los productos y/o servicios que se ofrecen.  Lagunas en los pilares que, en definitiva sólo estuvieron ocultas gracias a los vientos favorables de un consumismo alborotado. Cuando la cifra de ventas se frena, afloran cuestiones que tienen, necesariamente que hacer reflexionar y actuar a los empresarios.

El otro día me di un lindo paseo por la feria del libro. Yo, que soy un compulsivo comprador de papel impreso, no tuve más remedio que hacer que algunos ejemplares me acompañaran en el camino de regreso bajo el brazo.

 El editorial es uno de esos sectores que debe enfrentarse a un importante giro. Está en un momento muy complicado, las ventas caen, los márgenes se estrechan, muchas empresas difícilmente cubren costes y ven peligrar su viabilidad futura. Cuestión que contrasta con el florecimiento de un elevado numero de nuevos autores, respaldados por un continuo aplauso de la crítica que se congratula de esta maravillosa explosión de creatividad.

 Me quedo con una frase que oí a uno de los ponentes de la feria, siento no recordar su nombre, me resulta absolutamente reveladora a la vez que inquietante: “En estos días, en la literatura, hay muchos autores que no saben escribir que lo hacen para un público al que no le gusta leer”.

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