Habitación con vistas

Virginia Woolf decía que una mujer, para dedicarse libremente a escribir, necesitaba 500 libras al año además de una habitación con un pestillo. Su texto, una habitación propia, es de culto para aquellos que necesitan papel que garabatear.

Una habitación con pestillo que te permita controlar lo que entra por la puerta, y también una habitación con ventana, con vistas, que te permita asomarte a la vida. En palabras de Antonio Muñoz Molina "Quien tiene un cuarto con ventana ha encontrado su sitio en el mundo".

Elegir en definitiva a quien permites entrar en tu mundo y tener la libertad para contemplar un trozo de la vida de los demás. Tranquilidad para aislarte cuando así lo deseas, actividad cuando necesitas estímulo, inspiración.

El pestillo y la ventana expresan muy bien la necesidad del espacio vital que cada uno de nosotros requerimos para realizar introspecciones personales, reflexiones individuales que deben mejorar el propio autoconocimiento como vía para comprendernos a nosotros mismos y salir al mundo con sentido.

El pestillo, la ventana, válvulas de contención y de escape. Es importante identificar y poner uno de cada en nuestra vida, y que aprendamos a usarlos adecuadamente, porque el pestillo siempre corrido puede hacer que impidamos que otros nos ayuden, asomados a la ventana, contemplamos la vida, pero no participamos de ella.