viernes, 30 de diciembre de 2011

MELO-TELO-OSLO

Más que nada, no permitamos que el 2012 haga bueno al 2011.

 Aunque a algunos no les haya ido demasiado mal, y a otros, al parecer, incluso les ha ido muy bien, la tónica general es que el año que acaba ha sido algo cutre e incluso tozudo hasta para despedirse.

No hagamos que el 2012 haga bueno al 2011. En nuestra mano está, con independencia de factores externos, que el año que entra sea mejor, es una cuestión exclusivamente de actitud. De la actitud con la que afrontemos nuestros retos personales y profesionales.


Hay recetas, fórmulas, paradigmas que seguir. Fijarse objetivos, metas y cargarse de buenos y valientes propósitos suelen ser modos recurrentes y universalmente recomendables para iniciar con entusiasmo el nuevo calendario.
Os diré lo que, en mi caso, voy a hacer para asegurar que el 2012 sea aún mejor que este casi extinto año. En el plano personal voy a prestar la máxima atención a los detalles, a las menudencias que fabriquen la gente que me rodea. Es en esos pequeños recovecos donde se encuentra la esencia, la chispa y la energía de una satisfacción cercana a la felicidad.

En el plano profesional, seguiré las directrices de un maestro, Forges. Y mi estrategia de venta profesional se apoyará en tres conceptos, tres ideas fuerza que serán mi salvaguarda económica y el valuarte de mi credibilidad profesional para los próximos meses, se esquematizan como MELO-TELO-OSLO : Me Lo temía, Te Lo Dije, Os Lo advertí.



2012, Bienvenido!

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