sábado, 11 de febrero de 2012

No es una reforma, es una liberalización

La tan anunciada reforma laboral del gobierno del PP es en realidad una desregularización encubierta. Las medidas anunciadas ayer tras el consejo de gobierno, incluyen un retroceso grave en los derechos de lostrabajadores de este país. Medidas, como que los empresarios pueden tener la posibilidad de no respetar acuerdos alcanzados en las negociaciones colectivas,deja en clara indefensión a los trabajadores. Esa alternativa, hoy ya posible tras la publicación del decreto en el BOE puede hacer que algunos empresarios opten por reducir el salario u otros derechos de los trabajadores de manera unilateral.

De otro lado, y a partir de ahora, los empresarios no necesitaránla autorización previa de la administración para poner en marcha un Expediente de Regulación de Empleo. Medida que llevaba mostrada su eficacia como filtro legal ante determinadas estrategias empresariales abusivas. A partir de estos momentos, la única posibilidad de los trabajadores ante un ERE será acudir alos juzgados, pero ya, desde la situación de desempleo efectivo.

La reforma aprobada y ya oficial, permitirá a las empresas de trabajo temporal actuar como agencias de colocación, una medida que el sector venía reclamando desde hacía tiempo pero que siempre había sido rechazada pues era asumir el absoluto fracaso de las agencias de colocación públicas. Que el servicio público de colocación es una patata frita ha sido pues asumido de manera clara por el gobierno. En realidad era ya una evidencia, en estos momentos, sólo el 3%de los desempleados encuentran empleo mediante los servicios públicos.

Además de recortar las indemnizaciones por despido, pedir a losdesempleados que realicen trabajos en beneficio de la comunidad y crear un nuevo contrato basura con un período de prueba de un año (período en el que sepuede producir el despido sin derecho a indemnización), la vicepresidenta del gobierno ha anunciado un aumento de la presión en las inspecciones para evitarfraudes de cobro de prestaciones no debidas y el absentismo laboral.

Lo que me costó creer y hasta que no lo he visto publicado no me lo he creido es el abaratamiento lineal del despido para todo aquel que haya cometido la desfachatez de firmar un contrato laboral. Que nos lo vistan como quieran, el gobierno ha llegado al límite legal, y salvo la retroactividad, que sería anticonstitucional, ha hecho que, desde hoy los derechos de todos los trabajadores, todos, se vean recortados. Había tiempos en los que a esto, se le llamaba cacicada.

Las medidas publicadas hoy no sólo no van a contribuir a la creación de empleo en nuestro país sino que, además supone un importante retroceso en los derechos laborales de todos los trabajadores del país pues les ocasiona pérdidas de carácter eeconómico y lo que es más grave, se les reduce de manera muy significativa sus derechos. El camino adoptado por el gobierno no contribuye a la generación de empleo y riqueza del país, en realidad se está yendo en sentido contrario, allanar el terreno se le llama en agricultura.

Los sindicatos hablan de traspasos de línea pero no anuncian medidas de fuerza, básicamente porque no la tienen. Anoche Joan Rosell se sonrería cuando le preguntaban si la reforma recogía todas las demandas del empresariado.

No conozco ningún empresario, y por suerte son bastantes, que disfruten despidiendo a su personal, más bien suelen pasarlo muy mal con ello, en realidad es una evidencia de su fracaso, pero levantemos la vista y seamos honestos con nosotros mismos, el esfuerzo que el gobierno está pidiendo que se haga para superar la crisis está descompensado, y con actitud cobarde vuelve a cargar contra el rival más débil.

1 comentario:

Mon dijo...

Y parece que es necesario que lo sea... Si vamos a llegar a los 6 millones de parados para conseguir tocar fondo y remontar la crisis, mejor hacerlo deprisa y así poder comenzar la recuperación. Tras 2 ños y medio de caida de actividad, corremos el riesgo de seguir otro tanto hasta "tocar fondo". Y quizás, solo quizás, necesitamos liberalizar nuestras relaciones laborales para volver a ser competitivos. O pensábamos que el tan cacareado "cambio de ciclo", o el "cambio de modelo productivo" significaba tan sólo que teníamos que cambiar la composición de nuestro PIB? A mi me parece que también había que cambiar muchas reglas del juego, no sólo las laborales, aunque desde luego éstas era imprescindible tocarlas.