Puertas

Enguivuck explicaba a Bastian como atravesar la puerta del Gran Enigma. "la puerta siempre esta abierta, no tiene batientes. Sin embargo nadie puede pasar por ella salvo si las esfinges cierran los ojos”. Efectivamente, cuando Bastian miró a lo lejos y entornó los ojos comprobó como, a cada lado de la puerta, había una gran esfinge de piedra.

La mirada de la esfinge es algo distinto a la mirada de cualquier otro ser. Nosotros y los otrospercibimos algo con la mirada, vemos el mundo. Pero una esfinge no ve nada; en cierto sentido es ciega, y sin embargo, sus ojos transmiten algo. ¿El qué? Todos los enigmas del mundo. Por eso las dos esfinges se miran mutuamente. Porque la mirada de una esfinge solo puede soportarla otra esfinge. !Y puedes figurarte lo que le ocurre a quien se atreve a intervenir el intercambio de miradas entre las dos! Se queda petrificado en el sitio y no puede moverse hasta haber resuelto todos los enigmas del mundo.


Para enfrentarse a su puerta, Alibabá fue más astuto o más afortunado según se mire. Sólo tuvo que esperar a que los ladrones le revelasen la contraseña para acceder a todas las riquezas imaginadas.


Situación más compleja tuvo Alicia, que tuvo que superar la prueba de tomarse aquel pastelito para reducir su tamaño y poder pasar por aquella diminuta puertecilla. Eso sí, daba paso a todo un mundo de Maravillas.


Cuando una puerta se abre, otra se cierra, reza el prudente refrán de la abuela. Y para contrarrestarlo, como quien quiere transformar la realidad, en el mundo profesional se escucha muchas veces al cabo del día que lo importante es no cerrarse ninguna puerta. Trasladado al mundo del amor, la expresión puede resultar frívola, grosera en tanto en cuanto no denota ningún compromiso ni lealtad, no digamos ya fidelidad.


Las puertas son oportunidades, se mire por donde se las mire. Unas que se nos presentan, otras que se pierden. Eso si, para cruzarlas, en un sentido u en otro, nadie puede dar el paso por nosotros.