Se ha desarrollado la jornada con absoluta normalidad y eso
es ya una buena noticia. Los ciudadanos han podido elegir libremente, y aunque
algunos medios de comunicación y analistas descerebrados se dedican hoy a
juzgar la decisión del pueblo, en mi opinión, eso debe quedar totalmente fuera,
podemos valorarlo y analizarlo, pero nunca juzgarlo.
Mirando los resultados, compro el mensaje que muchos me han
trasladado en los últimos días, si hay que poner un titular, me quedo con ese
que dice que Andalucía, es ante todo, progresista. Progresista, pero a la vez
le falta ilusión si consideramos que casi la mitad del electorado no tiene un
proyecto que le ilusione de forma clara. Entre los que ayer “pasaron”,
volviendo a considerar que esto no va con ellos, los que exploraron y los que
eligieron entre lo menos malo, nos encontramos con que, demasiado pocos fueron
a votar teniendo en la mano una apuesta decidida y firme de futuro.
Alguien, y cuanto antes debe decirle a Arenas que el ciclo
se ha acabado, que el techo del partido ya se alcanzó el pasado diciembre y que
es hora de plantearse de forma interna y externa cambios profundos, quizás esos
que promulgaban al electorado. Griñán será presidente pagando un alto peaje a
Sánchez Gordillo, pero el PSOE de Andalucía tiene que reconocer que no tiene
soluciones ni es el partido de los andaluces. Espero que los dos grandes
partidos no tiren a saco roto lo vivido en las últimas semanas y que tan
evidente cara de preocupación les ha dejado a todos. Deben tener la valentía de
reconocer que el ciclo se ha acabado y que el momento es de intensa renovación,
casi de regeneración.
EQUO no ha sabido llegar a la ciudadanía, no ha logrado
configurarse como una opción real, se ha quedado como una propuesta bonita y
con ingredientes que llaman la atención pero que el ciudadano no ha visto como
alternativa. La gente de EQUO no hemos conseguido hacer ver al andaluz, que
desde la ecología política y la profunda creencia en la democracia
participativa, se pueden aportar soluciones que no llegan ni van a llegar desde
las posturas neoliberales y las organizaciones tradicionales. No hemos sido
capaces de dar la suficiente fuerza a los pilares de economía, ecología y
equidad social que son la base del discurso para convertirlos en palancas de
cambio.
Quedan aún algunas horas o días de reubicaciones y
recolocaciones. Aunque no lo reconozcan, demasiados se fiaron de las encuestas
y pensaban estar hoy lunes en otro sitio y haciendo otras cosas. Deseo, por el
bien de Andalucía que no aparezca la sensación de, no ha pasado nada, seguimos
igual.
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