Algunos señores, amantes del juego, tuvieron que irse en los
años cincuenta a pleno desierto del Mojave para construir grandes salones donde
las cartas y los dados eran los reyes. Fundaron, de la nada, la hoy colosal
ciudad de Las Vegas. El dinero todo lo puede.
Me resisto a creer, y no paro de restregarme los ojos,
cuando en estos días, dos comunidades autónomas españolas, y hasta el propio
gobierno central, no para de subir su apuesta, o bajarse los pantalones, según
se mire, por tener en su territorio Las Vegas europeas, el proyecto “Eurovegas”.
Ese que, cuando se empezó a hablar de él, hace un tres años, todos consideraron
un bulo.
Pero no, hace unos días, hasta Las Vegas se fueron altos
representantes desde Madrid y Barcelona a rendirle pleitesía a Sheldon Adelson,
el multimillonario que promete invertir 18.800 millones de euros hasta 2.012
para construir 12 hoteles (36.000 camas), 6 casinos (1.065 mesas y 18.000
recreativas), 9 teatros, 3 campos de golf,…, y que según los cálculos
permitiría crear 164.000 empleos directos y 97.000 indirectos. La apuesta de
Barcelona es poner el complejo en Viladecans, la de Madrid, ponerlo en
Valdecarros o Alcorcón, donde Adelson prefiera.
Para poner en marcha la operación, el magnate pide poco:
modificar el Estatuto de los Trabajadores para “relajar la rigidez de los
convenios colectivos”, modificar la Ley de Extranjería para acelerar la
concesión de permisos de trabajo, dos años de exención en el pago de cuotas a
la seguridad social e impuestos estatales; que la comunidad autónoma y el
ayuntamiento le cedan todo el suelo público que tengan en la zona, reubicando
las viviendas protegidas que existan en la zona y expropiando al resto de propietarios;
que se permita la entrada en los locales de juego de menores y ludópatas
reconocidos; que se permita fumar en el interior de los locales…
No me caben en este post la cantidad de cosas que reventaría
el inicio de este macroproyecto. Comenzando por la propia credibilidad como país. ¿Estamos locos o es que Rajoy, Mas y Aguirre
están creyéndose Scorsese, De Niro y Stone?
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