A una
encerrona, a una salida sin retorno del laberinto, a un callejón sin salida. La
obsesión del gobierno español por la reducción del déficit, las manipuladas
amenazas de quiebra, las reformas antisociales, gobernar a golpe de decreto
cada viernes, los bocados continuados al estado de bienestar, nos están
llevando a una situación de indefensión muy importante, desandando el camino de
la última treinta de años a pasos agigantados.
Quizás
el primer libro de economía que leí fue el de Paul Samuelson, “Introducción a
la economía moderna”. Es un libro publicado en 1968. Mucho tiempo después
descubrí que la edición que aún conservo en mi estantería, de 1971, era
prologada por José Luis Sampedro, curiosa coincidencia. En aquel libro,
Samuelson decía que el objetivo de la economía es mejorar la vida diaria de las
personas. Su planteamiento era poner a la economía al servicio de la ciudadanía
utilizando como vehículo la política y las instituciones y reservándose una
tarea principal, digna de las sociedades más avanzadas: proteger al más débil.
La
decadencia de la democracia tal como la entendemos a la que parece que estamos
asistiendo no comienza por una clase política corrupta ni por un sistema
capitalista y financiero diseñado para acaparar dinero arrasando para ello a
quien haga falta. El problema comienza con una sociedad civil complaciente a la
danza de unos pocos, ajena a las decisiones que les toca tomar en las
instituciones y poco comprometida con la mejora del lugar que habitan.
El
despertar de la sociedad de la que tantos se alegraron hace un año con las
manifestaciones del 15M y que parecen haberse desdibujado en muchos pueblos y
ciudades españoles, pero que a la vez se han propagado por todo el mundo debe
confirmarse esta semana, culminando en las movilizaciones convocadas el próximo12M calificado por algunos como el Día de la Evolución Global.
La
sociedad española, a un paso del abismo tiene la oportunidad de convertirse en
ejemplo a seguir, participando multitudinariamente y de manera pacífica en la
multitud de actos convocados.
Es hora
de que los gobiernos neoliberales que dominan Europa se enteren que nos están
llevando por un camino equivocado y que primero es la ciudadanía y después la
política, y por último, la economía. Es hora que los estados asuman su rol de función
pública, de hacer que se cumplan los derechos fundamentales que tanto hemos
batallado por conseguir, que se conviertan en dinamizadores de la economía,
hagámosles reaccionar antes que sea demasiado tarde, reaccionemos el pueblo
para que a ellos no les quede más remedio.
1 comentario:
Cuánta razón...
Lo pongo en mi caralibro Antonio.
Vamos, vamos...!!!
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