viernes, 4 de mayo de 2012

Anticiparse y la práctica (I): Supremacía


Consciente de una importante ventaja frente al rival, la dificultad está en mantenerle el respeto y jugar con elegancia. No dejarse arrastrar al egocentrismo y la gloria fácil, manteniendo el temple, el sitio, y dejándole también el suyo al otro se hace necesario.
Jugar y esperar la jugada sin prepotencia ni altivez, sin evidenciar el conocimiento que nos otorga la ventaja, pero tampoco disimulando que no se tiene. Hay que dejar mover ficha sin coaccionar, sin humillar, se le ganará a la vez que se le dejará intacta la moral.
Controlar la partida, saber los movimientos, supone controlar los tiempos, y es el momento preciso de demostrar sabiduría, sin acortarlos, cayendo en una muerte súbita que no le permita prepararse, ni alargarlos innecesariamente una agonía que vacíe de sangre sus venas y de estima su espíritu.
El jugador que sabe pronto de su triunfo, ya tiene su recompensa, a partir de ahí, sólo le queda ser generoso.

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