Cinco de Junio, el medio ambiente se abre paso en los
titulares, un poco a codazos, pues estos tiempos no están para nada y menos para
esto de la conservación, del respeto al entorno, de cuidar y mantener lo que
tenemos, que es un tema que parece que poco preocupa a “los mercados”.
A mi me sigue preocupando, y todos los días de hecho, porque
lo del medio ambiente, si de verdad te lo crees, es cosa de todos los días. De
pequeños gestos, de diminutas aportaciones, de trabajar lo micro de continuo,
de paso a paso, de eslabón en eslabón. Hasta que seamos verdaderamente muchos
los que empujemos todos los días y, la montaña, acabará moviéndose, seguro.Visito, precisamente hoy el delicado ecosistema de Chinijo, joya donde las haya de la Macaronesia. Valoro lo que veo, lo respeto al máximo, aprendo de él. Intentaré que también este rincón del mundo adopte un trocito de mí.
Y me acuerdo de otros muchos lugares que merecen ser hoy
nombrados, para que no se nos vayan de la mente, para que nos ocupen y
preocupen, porque bien lo merecen las gentes que allí viven, y las plantas, y
las aves, y los insectos, y también las piedras que conforman identidades.
Me temo que este va a ser un mal año de incendios. Los
primeros ya han sido declarados y para los próximos meses,se dan todas las
características para que tengamos algunos que lamentablemente recordaremos un
buen tiempo. Se dan todas las características, no climáticas, esas pasan a
segundo plano cuando bajan los presupuestos para vigilancia, para mantenimiento
preventivo del monte, para dotación de medios de extinción. Se dan todas las condiciones,
pues es más fácil especular con suelo quemado, porque la madera quemada es
fuente de ingresos, porque hay más gente sin nada mejor en lo que pensar que en
destruir.
Estamos a tiempo. Haced entre todos que me equivoque y que
no arda ni una hectárea, ni de monte bajo siquiera. Feliz Día Mundial del Medio
Ambiente. Que lo celebremos hoy, y todos los días.
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