Es extraordinariamente destacable que la interpretación de
unos datos sea objetiva. Lo habitual es que sea sesgado, la intención es usar
los datos para llegar a una conclusión interesada. Desde luego, en el caso de
la mortandad de ganado por parte de los lobos en Asturias, también.
Sigo rumiando la noticia de la autorización de caza del lobo
por parte del Principado de Asturias, principalmente en la zona de los Picos de
Europa, quizá la culpa es de tener demasiado reciente esos paisajes en la
retina.
Si, el gobierno asturiano va a permitir la caza de 66 lobos adultos y la captura de cuatro camadas. Se estima que el próximo año se sacará
del entorno con esta medida el 40% de la población de la especie. Si unimos a
ello la mortandad por atropellos, veneno, caza furtiva, etc., la población se
verá disminuida en un 55% aproximadamente. Es decir, se está condenando de
facto a la extinción a esta especie en el Principado.
El argumento para la medida es claro, la alta presión que
ejercen los lobos sobre el ganado. Según las cifras oficiales, matan unas
3.500 cabezas de ganado al año, la mayor
parte caballos. Pues bien, se me ha ocurrido coger la calculadora: Si la
población de lobos son 200 ejemplares en Asturias y matan 3.500 cabezas de
ganado de un peso medio de 800 kilos cada una, quiere decir que cada lobo se
come 17,5 caballos al año, que es lo mismo que decir que 14.000 kilos de carne,
o bien 38,35 kg/día.
No todo es alimento, claro, pero muchos y contundentes
factores de corrección hacen falta desde luego, tablas de conversión y, otro,
el argumento principal, que no todo lo que matan, se lo comen. Solo una referencia
que tengo cercana, mi perro pesa lo que un lobo adulto, unos 32 kilos y come
unos 350 gramos al día, o sea, más o menos, cien veces menos al parecer que los
lobos asturianos.
La justificación a la matanza, que si no sumamos esfuerzos
va a producirse, va por otras lides, en mi opinión las que priman son las
causas económicas, esas que hacen que la gestión de la fauna salvaje les esté
resultando excesivamente cara a las autoridades
públicas, que ya deben casi 800.000 euros a los ganaderos, suma y sigue.
Si al ahorro de indemnizaciones se le suma el ingreso por
derechos de caza (La Junta de Andalucía acaba de autorizar la caza en el ParqueNatural de Cazorla para recaudar, se abre la veda), la solución es redonda.
Mucho se habla en las calles del recorte de derechos sociales.
A nuestra naturaleza también les están recortando sus derechos, en realidad sus
vidas, y estamos tirando a la alcantarilla, sin pasar por una EDAR, años de
investigación y millones de euros y esfuerzos en conservación. Lo que hemos
tardado muchos años en recuperar, nos lo cargamos en un rato, no lo ignoremos los
perjudicados últimos somos nosotros. Es cierto, el hombre sigue siendo un lobo
para el hombre.
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