martes, 18 de diciembre de 2012

Navidad, tiempo de libros


Un buen libro va asociado al silencio que permite que la comunicación fluya desde las páginas al cerebro, transformando ese lenguaje mudo impreso, en conocimientos, emociones y fantasías.

Hasta el silencio es un elemento diferencial del libro frente a internet, donde no se concibe ya navegar sin unos buenos altavoces que pongan música de fondo o permitan oír el video. Es verdad que hay casi infinitas cosas en internet, que está rebosante de textos, audios, videos, enciclopedias y hasta de vidas. Algunos parecen ya vivir a través de la red donde las redes sociales proporcionan puentes de desahogo, puertas de amistad y ventanas desde la que contemplar la vida de los otros. Afirma Carlos Monsiváis: “Nunca lo creí posible, pero las amistades y la magia del e-mail me han llevado a la condición del que aguarda cartas en un pueblo aún no fiscalizado por una novela de Skármeta”.
Recuerdo de pequeño que quien se quedaba demasiado tiempo en casa, leyendo era considerado un poco raro. Yo era de los raros. Hoy los niños se quedan en casa con los ipads, móviles, consolas, teléfonos inteligentes, ordenadores, como si fuesen una extensión de su cuerpo. Pero, efectivamente, los aparatos electrónicos no sustituyen al libro por muy didáctico e instructivo que rece el estuche del juego. “La lectura de un texto impreso supone la luz de la atención, la del internet, la luz eléctrica” dice Julio Ortega.
Los libros que pasan por nuestra mirada, por nuestra mesilla de noche, por nuestra mochila, por nuestra vida, se quedan de alguna manera en ella. Somos lo que comemos, también lo que leemos. Puede saberse mucho de la persona que tenemos enfrente si conocemos de su lectura.

Diciembre es un mes de encuentros, reuniones. Oportunidad excelente para conocer a los otros. Una buena vía para conocer a nuestro compañero de mesa, de corro es preguntarle sobre el libro que esté leyendo, sobre su libro o autor favorito.

Es momento además de regalos. Un libro puede ser el regalo perfecto, aunque a la vez, hecho con intención, un regalo extraordinariamente complejo. Un libro lleva incorporado en sí mismo una historia, un conocimiento y pensamiento del autor. También dice mucho de quien lo regala y ante todo, es necesario pensar en la persona a quien se regala.

Navidad, para mí, tiempo de libros.

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