martes, 12 de febrero de 2013

Braimstorming sobre empleo


Imagino a los consejeros en torno a la gran mesa de reuniones, y al presidente inaugurando el braimstorming a la voz de: "no la consideréis descabellada, cualquier idea vale".

Hoy el consejo de gobierno de la Junta de Andalucía tiene una reunión con un único punto en el orden del día: el empleo, aunque en realidad deberían decir frenar el desempleo, porque la degradación del modelo social y económico se acerca hacia su punto de ruptura.

Esperemos que en la nota de prensa tras la reunión aparezca algo más que la consabida sarta de reproches hacia el gobierno central y remarcar la evidencia de que la reforma laboral que ya ha cumplido un año no ha tenido ningún efecto. En realidad, tanto gobierno andaluz como central ya lo sabían. Ni España ni Andalucía crecen en PIB en términos netos, y con el modelo político-económico actual, eso tiene como inevitable consecuencia la destrucción de puestos de trabajo. La solución no pasa por la flexibilización de las reglas del mercado laboral, en ese plano las medidas solo tienen un efecto maquillaje.
Porque la verdadera raíz del desempleo no se encuentra en los incentivos a los contratos de trabajo o la reducción de los costes de despido sino en la dinamización del propio mercado, y hoy, las empresas andaluzas se encuentran con las manos atadas: el consumo interno va a ralentí y carecen de la financiación necesaria que les permita abordar mercados externos.
Desde luego el gobierno andaluz puede hacer muchas más cosas de las que está haciendo. Tanto en su ámbito de actuación como reclamándolas más allá de lo que son sus competencias.
En el terreno de la oferta, ha quedado ya en evidencia el error garrafal de habernos quedado sin un sistema bancario de financiación propio, que podría en estos momentos aportar financiación y liquidez a empresas, evitando su asfixia. La Junta de Andalucía puede fortalecer sectores productivos emergentes y con un alto potencial: la implantación de un modelo de generación y consumo energético propio basado en energías renovables aportaría empleo, mejoraría la balanza por cuenta corriente y generaría empleo estable. Creer que el futuro del turismo pasa por incorporarle el apellido de sostenible, apostando por nuevos productos y servicios asociados a la conservación de los importantes valores naturales y que desestacionalizaría la demanda ampliaría nuestra profundidad de gama en la oferta turística a nivel internacional. Emprender mejoras en los sistemas de suministro y uso de energía y agua, como la rehabilitación de viviendas, la mejora de eficiencia energética en edificios e instalaciones técnicas, la mejora del sistema de regadíos reduciría la necesidad de insumos y tendría un efecto positivo duradero en las arcas públicas y privadas.
Un reciente estudio de Rurápolis para la Fundación Botín y la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente ha puesto en evidencia que una de las principales barreras al emprendimiento son “los excesivos o complejos trámites administrativos”. La respuesta política que optimice el cuerpo administrativo de las entidades públicas se hace urgente. Es un verdadero lujo no ser competitivo por cuestiones que dependen exclusivamente de nosotros.
Claro que el gobierno andaluz puede ofrecer respuestas y soluciones, porque las hay. En realidad tiene la obligación de hacerlo, y cuanto antes mejor, el pueblo andaluz, después de un importante esfuerzo durante muchos años no puede ralentizar su paso, no puede relegarse al vagón de cola, sería imperdonable.

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