Las
tendencias de opinión apuntan hacia el optimismo. Es cada vez más extendida la
idea de que las ponencias de los economistas deben mostrarse en la senda de
trasladar alegría y tranquilidad. La cuestión es que, la crueldad que a veces
encierra cada dígito de las estadísticas, hace compleja dicha tarea.
En estos
momentos, la clase media en Europa corre serio peligro de desaparecer, se
presenta un panorama en el que los jóvenes sin estudios superiores, los que
tengan la suerte de trabajar, van a ser mileuristas durante muchos años.
Pero como
hay que sacar a flote los datos buenos, políticos y economistas hablan en estos
días de que la economía mundial va a crecer en este 2.013 un 3,5%, no está nada
mal es cierto. Lo que se dice menos es que ese crecimiento está cada vez peor
repartido.
Gracias al
crecimiento del mercado mundial, se espera que España también comience a crecer
en 2.014 en términos de PIB. Tampoco nos dicen que eso lleva implícito que la
sociedad española va a seguir sufriendo pérdidas sociales a la vez que los
periódicos comiencen a anunciar las mejoras económicas. Porque la explicación
está en el modo en que se sale de la crisis, volviendo a entenderla como
situación macroeconómica.
Las empresas
españolas aumentan su volumen de negocio, hacen crecer el PIB, pero lo están
haciendo a costa, sobre todo, de las exportaciones, y es que nuestra balanza
comercial por cuenta corriente no para de mejorar, cada vez vendemos más en el
extranjero. Descontado el balance energético (lastre impenitente de unos 30.000
millones de euros), existe ya un superávit en la balanza comercial de 15.000
millones de euros.
Al aumentar
de esta manera la cifra de negocio de las empresas hace que eso no se traduzca
en positivo en términos de empleo. Por cada millón de euros que aumenta la
facturación una empresa española, si lo hace en territorio nacional, genera,
por término medio 15 puestos de trabajo, pero si ese crecimiento se debe a su
implantación en el exterior o gracias a las exportaciones, los puestos que se
crean son únicamente 2.
Esta
tendencia puede llevar a la paradoja de que las cifras macro comiencen a
despuntar, empiece a decirse que la crisis está superada cuando en realidad el
empleo y el consumo interno se recupere de una manera especialmente lenta. Y
los dramas personales y familiares sigan reproduciéndose en cada bloque de
vecinos.
Mientras
tanto, como dice el gobierno, seguimos haciendo nuestros deberes, seguimos
ganándonos la credibilidad y la confianza de Bruselas, a costa de qué, pues a
costa de sacrificar salario real. El coste laboral unitario está bajando en
España y eso está haciendo mejorar la productividad. Esta mejora competitiva
nacional se debe a dos motivos fundamentales: las empresas están produciendo
igual o más con menos gente, y a la vez las empresas están introduciendo
innovación y tecnología en todos los procesos.
A ello ha
contribuido claramente la reforma laboral que ha llevado las cifras de
desempleo a cotas históricas, y también la minoración de los resultados
empresariales. Se estima que menos del 40% de las empresas españolas obtendrán
beneficios en el ejercicio 2.012.
En
cualquiera de los casos, el sacrificio mayor vuelve a estar en la clase
trabajadora, el dato es significativo, por primera vez las rentas del capital
han superado en este país a las rentas del trabajo.
Y las
diferencias van a seguir acentuándose en los próximos meses: los parados de
larga duración siguen creciendo de manera vertiginosa, los que aún tienen la
suerte de trabajar lo harán de manera cada vez más dura y por menos
compensaciones, y las empresas encuentran una única salida, vender productos y
proyectos en otros países. Hay unas cifras que anuncian la evolución del PIB y
son los índices de producción industrial, las últimas actualizaciones de los
mismos inquietan a cualquiera, sigue cayendo la actividad productiva de este
país.
Resulta ser
difícil ser optimista cuando las previsiones son tan nefastas, y porque la
verdadera catástrofe país en la que nos encontramos es que los que gobiernan
siguen manteniéndose en la tesis de que es lo único que pueden hacer. Lejos de
ser un tópico, va siendo hora de que los que mandan, bajen a las trincheras,
pisen la calle y comprueben lo que está pasando, muchas de sus tesis actuales
se evaporarían.
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