El sector agroalimentario
es un sector económico de relevancia estratégica para la comunidad autónoma
andaluza, la tercera economía de España en términos de PIB, pero con una clara
segmentación hacia el sector servicios el cual es más del 60% del Valor Añadido
Bruto de la comunidad.
Los últimos datos del
sector industrial y de transformación no son nada optimistas, según los datos
más recientes del Instituto Andaluz de Estadística, actualizado a Febrero de
2.013, la caída del índice de producción industrial ha sido de un 6,3%, cayendo
la actividad de las industrias extractivas un 35,2%, las industrias
manufactureras un 6,7% y manteniéndose el suministro de energía con un 1,4%.
Si atendemos a los datos de
los sectores de actividad de producción y transformación, los datos resultan
desesperanzadores. De 26 sectores de actividad analizados, únicamente 6 se
mantienen o crecen ligeramente, y 20 sectores de actividad disminuyen su
volumen de producción y negocio. En concreto el sector de alimentación, con un
rasgo bastante inelástico, desciende un 5,4% en el último año.
El descenso de actividad no
hace sino empeorar la situación de la economía con una balanza comercial
negativa debido a la necesidad externa de energía, y que se muestra cada vez
más dependiente del sector servicios, en concreto del turismo.
La situación de recesión de
la mayor parte de los sectores de actividad económica de Andalucía tiene un
claro efecto sobre el aumento del desempleo y el deterioro social que alcanza
en estos momentos unos índices de degradación insospechados y nada esperados
hace poco. En el último año, la tasa de desempleo se ha incrementado en un
7,71%, y con las 22.772 nuevas personas desempleadas en febrero de 2.013 son ya
1.125.120 los andaluces desempleados.
Es necesario, es urgente
adoptar medidas que fortalezca la economía andaluza y el impulso de actividades
de alto valor añadido. Facilitar el desarrollo de proyectos en el sector de
transformación agroalimentario es una vía que resulta extraordinariamente
factible y viable. Es un sector compuesto principalmente por pequeñas empresas,
muy arraigadas e identificadas con el territorio, ubicadas en el ámbito rural,
el espacio más castigado en la actualidad y que ofrece unas perspectivas de
crecimiento importante. En estos momentos por cada kilogramo de fruta/hortaliza
producido en Andalucía se un valor añadido de 0,22 E, situándose la media
española en 0,5% y destacando Cataluña donde cada kilo producido se transforma
en 1 € para su sociedad.
Andalucía cuenta con un
gran clima, unas tierras fértiles y una importante tradición agrícola y
ganadera que permite producir unos alimentos de reconocido prestigio en los
mercados nacionales e internacionales. En los últimos años, el emergente sector
ecológico está poniendo en este aún reducido ámbito a Andalucía en el primer
puesto de Europa en cuanto al valor cualitativo y cuantitativo de sus
productos.
Sin embargo, aún no se ha
conseguido recorrer el camino necesario que permita que la mayor parte del
valor añadido de esos productos se mantenga en los lugares y en las manos de
sus productores. Aún la venta y exportación de productos sin elaborar y
transformar resulta demasiado alta, y el valor añadido de su envasado,
elaboración y transformación se va a otras zonas, a otras manos.
Facilitar el acceso a la
liquidez, al crédito es importante para las empresas, pero también resulta muy
importante, una adaptación e interpretación normativa que no resulte
restrictiva y limitante sino facilitadora. Empresas, sector público y
financiero deben llevar a cabo un ejercicio de honesta colaboración, pues el
resultado es positivo para todos.
La identificación y
reconocimiento de las singularidades de las pequeñas explotaciones, de las
pequeñas industrias de transformación familiares y artesanales resulta
imprescindible, casi el 95% del tejido productivo andaluz son pymes o
micropymes, también son las que generan casi el 65% del empleo en la comunidad
porque también, motivado por la debilidad de su estructura organizativa y
financiera son las más débiles y las que se encuentran más cerca del cierre
ante las vicisitudes de la financiación, la burocracia y el mercado.
Ser conscientes de esta
realidad supone también identificarlos y atender a la diversa idiosincrasia de
actividades, proyectos y dimensionamiento. En un momento en el que Andalucía
anda muy necesitada de proyectos, de empresarios, de emprendedores, de generar
valor añadido, es hora de que todos, desde nuestro sitio, desde nuestra
responsabilidad, sumemos y nos convirtamos en parte de la solución.
Porque las vías de mejora
de la deteriorada situación actual pasa por generar riqueza, y el motor deben
ser las empresas. El sector privado debe empujar de la actividad que lleve a la
creación de empleo y la generación de riqueza, y es necesario realizar una
apuesta decidida por aquellos sectores y aquellos modelos de negocio que
aporten el máximo valor añadido y que a su vez recojan valores asociados al
compromiso social y territorial.
Algo necesario,
imprescindible ahora en Andalucía son empresas identificadas con el territorio,
con su gente, que, comenzando desde el sector primario pongan en el mercado
productos elaborados, de alta calidad, que le incorporen atributos, servicios
incluso que los conviertan en exclusivos en muchos casos. Empresas que tengan
un compromiso firme de distribución de la riqueza, que sean capaces de llevar a
cabo su actividad sin hipotecar el entorno, que utilicen el sol y el viento
como energía. Su existencia, favorecer su presencia es ahora la clave.
Siguen cerrando empresas,
siguen yéndose empresas. Los índices de destrucción de entidades empresariales
y empleo van a la par, y la situación sigue deteriorándose. Se estima que no
más del 40% de las empresas ofrecerán beneficios en 2.012. En última instancia
el dato no hace sino convertirse en mayor déficit público debido al retroceso
de los ingresos vía impuestos. Pero si no hay beneficios tampoco habrá
inversión lo que a su vez empeñará nuestra competitividad como territorio a
medio plazo.
La situación de extrema
urgencia no permite titubeos, la economía, la sociedad andaluza está necesitada
de acción, y las empresas son el agente indicado, son los bueyes indicados para
este carro.
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