jueves, 25 de julio de 2013

Qué fue de las políticas de rr.hh.???


En la década pasada, con el crecimiento económico, se produjo una amplia, variada y elaborada expansión de las políticas de recursos humanos en las empresas. Las rudimentarias DOP e ISO de finales de los noventa, se convirtieron en complejos, minuciosos y ambiciosos planes estratégicos de recursos humanos que supusieron en muchos casos auténticas revoluciones en las organizaciones.

Las personas es el valor más importante que tenemos, se decía. Y en torno a esta idea se fueron tejiendo toda una serie de estrategias, llevadas a la práctica en forma de incentivos, beneficios sociales, cambios en las condiciones de trabajo, fomento de vías de participación, escucha ascendente, creación de comedores sociales, guarderías... También se realizaron ingentes estudios y trabajos sobre liderazgo, clima, trabajo en equipo. Nada parecía ser suficiente con tal de conseguir aquel hito que fue “atraer y retener el talento”.

Aún están fresquitos muchos de esos planes, muchos de ellos puestos en práctica solo a la mitad. Otros tan solo tuvieron oportunidad de comprobar los beneficios de la primera fase, o se quedaron en un bonito papel o CD-ROM. Y es que con la recesión todo aquello dejó de ser estratégico para convertirse en superfluo, accesorio, innecesario e incluso distorsionante. La caída de las ventas activó en las empresas la economía de guerra. Pero eso sí, una economía de guerra tecnológica porque parecen tener en ella más importancia las máquinas que las personas.

Y cayeron en el olvido las evidencias empíricas de que un trabajador satisfecho se implica y compromete más, que rinde un 30% más, aquello de que el trabajador es el primer prescriptor de la compañía, eso de todos a una. Se olvida que son las personas las que con su compromiso, entrega y esfuerzo las que están consiguiendo que muchas empresas de este país sobrevivan y abran cada día sus puertas a pesar de las dificultades. Trabajadores que están dispuestos a hacer mucho más por menos porque se sienten marineros de un barco que no quieren que se vaya a pique.

No puede obviarse que estamos inmersos en una economía de servicios, casi la mitad de la riqueza se produce en el sector terciario. Ahí, el factor determinante, el elemento diferenciador, la ventaja competitiva es la mano de obra, las personas, las mismas que han conseguido que contemos en estos momentos con la generación mejor preparada de la historia y que la cruel macroeconomía está haciendo que se infrautilice e infravalore.

La alegre, casi circense expansión de las políticas de recursos humanos en la pasada década no fue en muchos casos más que una burbuja donde demasiadas empresas se sumaron a una moda que la dirección nunca terminó de creerse, ahí están los libros blancos, los planes estratégicos, los manuales de Responsabilidad Social Corporativa, los análisis, las encuestas, los informes cargados de propuestas, todos papel mojado a la primera llovizna.

El retroceso que están experimentando las condiciones laborales, más allá de la evidente precarización de contratos, salarios y desaparición de beneficios sociales, está haciendo que en demasiadas organizaciones los trabajadores, antes llamados colaboradores, se estén trazando objetivos personales que se anteponen a los colectivos y a los de la organización, adoptando una actitud egoísta fruto casi siempre del instinto de supervivencia.

El cambio que se está produciendo en las organizaciones, por encima de lo que muchos creen no es coyuntural, no es un bache, no es un recodo del camino. Las situaciones de tensión mantenidas durante largo tiempo dejan huella, dejan marca y recuerdo, las relaciones no van a poder retomarse al punto donde estaban hace cinco o seis años. Las empresas, las direcciones de empresa que entiendan a tiempo esta situación y pongan en marcha planes y medidas de contingencia serán las sobrevivientes y las triunfadoras de la próxima década.

Sólo las empresas que se crean que el tesoro fundamental de su patrimonio es su equipo saldrán victoriosas, esas, son fáciles de distinguir, son las únicas que de verdad, cuidan a su gente.

No hay comentarios: