Mantener a tono nuestros músculos es una obligación. En
especial, no descuidar la salud del corazón y el cerebro se hace
imprescindible. El corazón con adecuada alimentación y hábitos sanos, el cerebro
haciéndolo trabajar en los más variados ejercicios: memoria, cálculo, destreza
artística, razonamientos lógicos.
El daño que herramientas en principio utilísimas como la
calculadora hacen en el cerebro pueden convertir a estos instrumentos en
diabólicos. Con la calculadora a mano, los estudiantes dejan de conseguir esa
destreza mental imprescindible para su vida. Almacenar los números en el
teléfono móvil, hace que ni tan siquiera sepamos llamar desde una cabina a
nuestra pareja en caso de necesidad.
Las ideas, los pensamientos, los sentimientos también
requieren de entrenamiento y práctica para sacarlos fuera. Eso que nos gustaría
decir y para lo que no encontramos palabras, esa frase, ese párrafo que muestre
al mundo en general o la persona concreta lo que deseamos, debemos buscarla,
trabajarla, cocinarla, encontrarla en nuestro cerebro.
Es terrible el daño que está haciendo en algunas mentes la
proliferación de frases hechas en las redes sociales. Esas que se cuelgan en el
muro a modo de arma arrojadiza, a modo de declaración de intenciones o
sentencias y que al leerlas de un amigo, las hacemos rápidamente nuestras y las
catapultamos hacia nuestros “amigos sociales”, tratando de dibujar un estado de
ánimo o una posición respecto a la vida. Los nicks, los perfiles dedicados a la
difusión de citas, frases y extractos de texto ganan seguidores de manera rápida,
se están convirtiendo en inagotables fuentes de inspiración.
Todos no debemos tener la misma destreza, las mismas
capacidades ni los mismos dones, y los escribientes y redactores de cartas existieron
siempre. Pero no nos mutilemos, no nos atrofiemos voluntariamente porque los
que nos rodean, el mundo, no nos va a querer por lo que otros hayan dicho, sino
por lo que de nosotros salga, sin necesidad de que esté envuelto en rimas y
palabras literarias.
Usar y recurrir a citas es un gran recurso, es lícito e
interesante en la medida en que para conocerlas es necesario documentarse,
leer, estudiar. Esas citas debemos entenderlas, digerirlas, interiorizarlas,
cocinarlas en nuestro interior, y sólo más tarde, cuando aparezcan en el hilo
de nuestro razonamiento, incorporarlas al mismo, sólo así adquieren su
verdadero sentido.
Leer una cita aislada y rebotarla sin dilación al mundo nos vuelve
perezosos, nos empobrece, nos atrofia. Cómo era aquello? Era algo así como que
cuando llegue la inspiración debe encontrarnos trabajando, pues eso.
1 comentario:
Bello articulo.Hay que tener mucho valor y decir las cosas a la cara, es lo justo, y no esconderse detras de ciertas citas publicadas en las redes sociales y blogs.
Publicar un comentario