sábado, 15 de febrero de 2014

La Eurozona y la suelta de palomas


Suelta de palomas, campanas al aire, el PIB de la eurozona se ha comportado mejor de lo previsto en el último trimestre, contamos con una variación intertrimestral del 0,3% gracias a los motores alemanes y franceses.
Las mismas cifras macroeconómicas, como la buena literatura, puede dar lugar a grandes piropos y alegrías o a hirientes críticas, algo así como los discursos de las noches postelectorales. Pero las cifras son las que son y la situación también es la que es. Mantener cierta distancia de cualquiera de los discursos nos otorga una visión enriquecedora.

Las cifras se han comportado mejor de lo previsto, y como la propia expresión indica, los datos han superado una estimación que algunos listos hicieron hace unos meses. En otras palabras, si en su momento nos fijamos unos objetivos prudentes, si somos cautos en las pretensiones, es el mejor camino para garantizar el éxito. Mejor de lo previsto, si, pero aún lejos incluso de lo que a ellos mismos les gustaría. No olvidemos que el pensamiento neoliberalista está encerrado en considerar que si no se crece por encima del 1,5% no se crea empleo. El último 0,3% me parece, digo yo, alejado de esa meta, aún faltaría multiplicar por cinco el resultado.
Un segundo aspecto. El peso específico de Alemania y Francia puede maquillar otros resultados más llamativos como el importante crecimiento de Irlanda y Rumanía o el decrecimiento de Finlandia y Grecia o la situación de catarsis de España, Italia o Suecia. En definitiva, metiéndolo todo en un gran saco, las estridencias se suavizan.

Mientras se mantenga superpuesto el objetivo del crecimiento imponiendo el modelo de industrialización que a determinadas oligarquías interesa, países como España seguirán penalizados y la situación a pie de calle seguirá siendo dura hasta rallar lo cruel.
Mientras se siga defendiendo a boca llena la economía globalizada escondiendo criterios de interdependencia, se seguirán alimentando los desequilibrios territoriales y sociales.

No podemos dejar que nos digan que la cosa va bien con estas cifras. Perseguir a la desesperada el crecimiento es una carrera suicida para muchos, España entre ellos. Jactarse en la globalización pero imponiendo un modelo que beneficia solo algunos, machaca a los otros.
La Eurozona según Eurostat puede haber tenido un comportamiento a finales del 2.013 mejor de lo previsto, si, pero eso no significa, ni de lejos que vayamos bien. No encuentro motivo ninguno de satisfacción. No suelten tan rápido las palomas que a lo mejor no tienen donde posarse luego.

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