lunes, 17 de marzo de 2014

Arte y ciencia


Ambos indisolubles durante gran parte de la historia. Sólo a partir del siglo XIII cuando comienza a utilizarse el llamado método experimental o científico, ambas doctrinas parecen tomar caminos separados. El desarrollo del conocimiento posterior y la carrera desbocada de las tecnologías en los últimos años parecen haber creado un abismo insalvable entre arte y ciencia.

En el cerebro humano ambas están interconectadas, parece que se nos olvida. Un hemisferio del cerebro es el creativo (el derecho) y otro el racional (el izquierdo). El hemisferio izquierdo busca certezas, atiende a lo cuantitativo, a lo físico, a lo medible, a lo tangible. El derecho, en cambio desarrolla la intuición, la imaginación, la innovación.

Los neurólogos saben que los dos hemisferios funcionan sincrónicamente, actúan conjuntamente. Cualquier actividad neuronal, independientemente del tipo de tareas que realicemos pone en marcha las dos partes del cerebro. Ciencia y arte van unidas en nuestro interior. Como si de un originario yin-yan se tratase, el cerebro las combina en todo momento.

Una educación como la moderna, que potencia el lado racional, que cree que el pensamiento lógico es superior a la intuición y la imaginación. Una sociedad que mide el éxito en términos monetarios, parece olvidarse que en el arte ha sido siempre el impulsor de la Innovación en su vertiente más pura.

Despleguemos las bondades creativas, impulsemos el arte. Démosle el sitio que se merecen a las pitonisas, que, al fin y al cabo, utilizan la estadística para sacar sus predicciones de la baraja. Abramos la mente, combinemos ciencia y arte, será bueno para todos que encontremos la conexión, que seguro existe, entre el Bolson de Higgs y Bilbo Bolson.

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