miércoles, 21 de enero de 2015

Quita Vos


Unos pocos se reúnen. Lo que hablan y deciden afecta a muchos. Hoy ocurre eso en Davos. Es el World Economic Forum Annual Meeting que se celebra en Davos, si, en Suiza.

Algunas personas y entidades pegan codazos por estar, hay otras que, aunque invitadas, deciden no asistir. No están de acuerdo con los esquemas, los procedimientos de trabajo y decisionales. Defecto de forma: No están todos los que son.

Puestos encima de la mesa numerosos informes, documentos, análisis desde el ámbito macro. Intermon Oxfam ha extraído algunos datos, ha hecho algunos números: En 2010, las 80 personas más ricas del mundo poseían 1,3 billones de dólares, en 2014, la riqueza de las 80 principales fortunas era ya de 1,9 billones de dólares. En términos nominales la riqueza de esas personas se ha duplicado en los últimos cinco años.

Según Intermon, en 2016 (el año que viene), el 1% más rico de la población poseerá el 50% de la riqueza total mundial. La desigualdad ha dejado de ser un concepto relativamente abstracto para convertirse en una marabunta que sólo trae en el petate aridez y desolación.

La desigualdad, ya no es una cuestión de áreas geográficas, ni siquiera de países. Deja de hablarse de la dicotomía Norte-Sur, Oriente-Occidente. La desigualdad tiene su dominio a nuestro alrededor, donde quiera que estemos. La desigualdad se encuentra en cualquier calle, barrio, pueblo o ciudad de cualquier región y país.

Las medidas macroeconómicas tomadas por demasiados gobiernos en los últimos años han puesto la presión sobre las rentas del trabajo y las personas que se pensaban clase media. Esas que, se están sabiendo hoy pagadores de los errores cometidos por otros.

Demasiados sistemas fiscales presionan al trabajador por cuenta ajena muy por encima de otras actividades y rentas, se grava sobremanera el consumo y la adquisición de bienes de consumo habituales. Es hoy una realidad creciente la situación del trabajador que se encuentra por debajo de los umbrales de la pobreza. Extraño mundo en el que no te llega para vivir dignamente con la retribución por tu trabajo.

Con la excusa de mantener la viabilidad de los servicios públicos, con una nefasta visión socioeconómica de conjunto ni de perspectiva estratégica, la riqueza se ha estado generando en la parte del trabajo y se ha ido traspasando al capital. Lo explica muy bien Piketty, el resultado lo evidencia Intermon.

La polarización de la tenencia de la riqueza está ampliando el escalón entre pobres y ricos. El escalón intermedio se está quedando despoblado, son miles los que tienen que reconocer hoy que considerarse clase media era sólo una ilusión óptica. El despertador, la mesa, el frigorífico, el bolsillo los devuelve a la realidad. La visión se hace cruenta si tenemos el valor de reconocer que tras un 7 o un 4 de la estadística y la macro, se encierran un Juan, una Lola, un Alberto en la micro.

Las realidades particulares, cada vez más diferentes, hacen que nos cueste más comprender, nos sintamos menos identificados con los otros. La polarización de la riqueza puede traer a primer plano de nuevo la lucha de clases. Ese conflicto social que algunos situaban ya en los libros de historia.

El poder económico está hoy en QuitaVos, como decía ayer, magnífica, Maruja Torres (espero no se cumpla). El crecimiento de la desigualdad es evitable si se ponen en marcha acciones macropolíticas coordinadas como la reforma de las políticas fiscales, la desaparición de los paraísos fiscales, la responsabilidad global sobre los recursos, la supervisión de las multinacionales,…,. Hay opciones y estamos a tiempo si se asume la responsabilidad.

Cojo una idea de Concha Caballero que hoy seguro hubiese escrito,hablado sobre esto. Los dirigentes en Davos deben asumir su responsabilidad y demostrar hoy que, al menos un poquito, sienten como propio el dolor ajeno.

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