De igual manera esconde una sonrisa burlona que una
incipiente mordida. El bigote da personalidad y la disimula.
Los que lo llevan forman dos equipos parejos. Aquellos
que lo utilizan para reforzar su ardor guerrero y nos dejan visualizarlo desde
lejos; y los que lo utilizan como madriguera de su timidez.
Aparte de su sentido estético y quizá erotico no tiene
otras utilidades, al contrario incomodidades de cuidados, higiene y hasta las
reticencias de los niños ante la amenaza de un beso.
Las modas los multiplican, los rizan, los cortan, los
tiñen, hasta los rasuran.
Los admirables son los que hacen escuela, los que
consiguen convertirse en iconos. Está a punto de nacer uno. Si consiguen
mantener el nivel de la primera temporada, el bigote de Colin Farrell en los
episodios que estamos a punto de ver de True Detective va a arrasar esta
primavera. Chicos, id aparcando las navajas
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