sábado, 25 de abril de 2015

De Guindos se representa a si mismo

No, no me identifico con Luis De Guindos en esas declaraciones tan duras ante la situación griega.

 Vuelve a hacerlo tras las últimas reuniones, cuando se confirma el problema de liquidez del estado griego,  lo lleva haciendo, de manera especial desde hace unos meses, justo desde el cambio de gobierno en Grecia.

 Cierto que De Guindos puede argumentar que defiende los intereses españoles como es su obligación como ministro, Grecia tiene una importante deuda con nuestro territorio pa
trio, sin embargo, no son las formas, ni pienso que en realidad sea el fondo ese de tan insultante actitud.

 No me representa porque no está atendiendo a los pasos que está dando Grecia para hacer frente a su deuda. El gobierno  griego ha dicho reiteradamente que quiere cumplir sus obligaciones. Parece que De Guindos no está acostumbrado a ser el acreedor. La máxima en esa posición es cobrar, aunque sea tarde. Meter esa presión innecesaria sólo lleva al enfrentamiento y la desestabilización como ha podido comprobarse en las bolsas, pero no cambia la situación financiera.

 No me representa con ese discurso tan duro porque parece olvidarse que en casa, en su casa, en su ministerio, tienen exactamente el mismo problema. El mayor problema en España en los próximos años va a ser hacer frente a la deuda contraída, esa misma que hace que el pago de intereses por créditos internacionales va a impedir a los próximos gobiernos españoles invertir en la activación de la economía y el adecuado desarrollo de los servicios sociales. Demasiados analistas avisan del riesgo de impago en caso de una desestabilización de la economía, una subida de los tipos de interés, una subida del precio de los combustibles, la energía o los alimentos.

 No, no es de recibo la postura del ministro porque con esa exhibición de macho hispano lo único que persigue es un objetivo personal: ser presidente del Eurogrupo. Lo que en realidad quiere demostrar es que va a tener mano de hierro en Bruselas si fuese necesario.

 Se olvida De Guindos de la dificultad extrema que tuvo Cañete para ser elegido comisario, no podrá esquivar la situación de Rato o Trillo, sus compañeros; no tiene en realidad ningún aval de su gestión y de su éxito más allá del sacrificio que ha pedido a ciudadanos y empresas.

Si De Guindos se cree perro de presa, los otros son leones, y me temo que como peaje para su designación van a solicitar nuevas reformas, de esas que nos exprimirán aún más si cabe. No dudará en aplicarlas, todo para gloria personal, aunque no vuelva a crecer la hierba por donde pase

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