“¿Y ahora
qué sucederá? ¿Bah! Tratativas pespunteadas de tiroteos inocuos, y, después,
todo será igual pese a que todo habrá cambiado”.
"…una
de esas batallas que se libran para que todo siga como está".
Escuchando a los enérgicos candidatos a las alcaldías,
metidos en la brega de la campaña electoral, tengo la sensación de sumergirme
en el mito de Lampedusa.
Los discursos se llenan de verbos como reformar, cambiar,
renovar, reciclar, reinventar, reactivar, reprogramar…
Nada de lo que se ha hecho parece haber servido. El
camino emprendido parece no ser el bueno. En ocasiones se reprocha que tan
siquiera se haya iniciado camino.
Será que sólo oigo a candidatos nuevos o que han estado
en la oposición, esos que insisten en transmitir que no ha habido capitán ni
timonel en el gobierno de nuestros pueblos y ciudades en los últimos cuatro
años.
Y el juego electoral parece desarrollarse bajo las mismas
reglas, pero no es así. La última reforma de las administraciones locales ha
cambiado las reglas del juego. Cualquier programa de gobierno de los
alcaldables tiene que tener en cuenta esto. La reforma afecta a autonomía, la
independencia, las competencias, y la financiación de los ayuntamientos.
No vale con que los candidatos hablen de acciones en
exclusiva, en tono local. Es imprescindible que expliquen cómo van a entenderse
con otras administraciones, con las entidades financieras, con los empresarios.
De otra manera, estarían obviando un plano clave, fundamental. Si los
candidatos olvidan trabajar este aspecto, estarán dejando de reconocer ante la
ciudadanía que estarán asumiendo el rol de meros administradores, gestores de
poderes limitados. No estarán dirigiendo el rumbo de la ciudad, su función
seguirá siendo la de capear el temporal sin sufrir demasiadas heridas.
La cuestión no es si son más valientes o aguantan mejor
el tirón, no son tiempos para presumir de heridas de guerra ni buscar pensiones
para veteranos de mil batallas, la cuestión es que si adoptan ese discurso, no
podrán cumplir ninguna de las promesas que en estos días traen en sus programas
electorales y dentro de cuatro años volveremos a acordarnos de Lampedusa
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