jueves, 18 de junio de 2015

Habemus consejería de medio ambiente, ¿reempezamos?


Reestrena consejería de medio ambiente Andalucía, justo en el día en que se celebra el aniversario de la orden que declaró como protegido un espacio natural que me resulta muy conocido y querido. Hace 26 años, se declaró paraje natural a las Marismas de Isla Cristina.

El ejemplo y la situación puede ser extrapolable a otros muchos enclaves que hoy gozan de protección legal, la RENPA ocupa el 30,5% del territorio andaluz. Mirar con perspectiva los casi treinta años de protección legal y los efectos que ha producido en esos territorios puede ser un ejercicio interesante.

 Hace unos treinta años, cuando apenas era el zapal, la marisma era un espacio de interacción naturaleza-hombre: pesca artesanal, marisqueo, extracción de sal, coletazos de cacería. Un espacio sometido a una intensa presión humana, acosado por cultivos, pasto de diversos vertidos (basuras, carburantes, fecales, pesticidas). Un espacio donde la sobreexplotación hídrica ya había actuado, estrangulado por las obras civiles, fundamentalmente la construcción invasiva, el espigón y la bocana del puerto.

 Un espacio en definitiva que hace treinta años tenía muy cohibido su ciclo natural y que necesitaba de una importante gestión de mantenimiento: sanciones a los contaminadores, dragados, limpiezas, restricción de licencias extractivas....

 El reconocimiento del lugar como espacio natural protegido, visto el recorrido realizado, ha resultado positivo desde el punto de vista político y comunicativo. Ha emergido un recurso natural, espacial y turístico que antes no existía. Como un conejo en la chistera, propios y extraños, lo sacan de ella cuando les resulta útil, rentable y necesario.

 Desde el punto de vista de biodiversidad se han conseguido ciertos avances, o mejor dicho, frenar retrocesos gracias al trabajo de los equipos de conservación que han puesto su foco en algunas especies emblemáticas que han logrado, gracias a ello no desaparecer del enclave. Alguna estrella hay en el cielo, cierto, aunque haya que achinar los ojos para verla debido a la contaminación lumínica, e incluso alguna otra especie ha visto mejorada su posición. El reconocimiento del éxito hay que dárselo, seamos honestos, a la acción de conservación integral de la red de espacios naturales protegidos europeos.

 En la médula, en la esencia, la situación, los problemas, los retos de las marismas de Isla Cristina son muy similares a los planteados entre los argumentos que impulsaron su conservación. Los espacios naturales protegidos andaluces viven un larguísimo día de la marmota, extremado por la merma de recursos y atención de los últimos años.

 La reinaugurada consejería de medio ambiente tiene similares retos a los que había en su estreno original pero en un escenario muy diferente. Escenario tecnológico, productivo, demográfico, político y normativo.

 A pesar de que la maquina debe ponerse en movimiento como el tren que ha estado parado en una estación, existen ahora muchas más herramientas que pueden permitir con una correcta estrategia y gestión avanzar de manera decidida y contundente.

El medio ambiente necesita abrirse hueco a codazos. Eso no ha cambiado. Espero que los nuevos responsables del área lo tengan claro desde el principio, nuestro territorio lo necesita.

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