El pasado domingo 24, el PP de Isla
Cristina, necesitó 471 votos para cada concejal obtenido. En cambio, la A.E.
Ciudadanos Por Isla, sólo necesitó 374 votos para cada uno de sus concejales
electos.
De otro lado, el PIF, fue el
partido más votado, con 2.388 votos, obteniendo seis concejales, mientras que
en las elecciones de 2.011, con 2.394 votos, fue la segunda fuerza política,
consiguiendo cinco concejales. Ahora, al PIF, para concejal, ha necesitado 398
votos, en 2.011 necesitó 468.
Estos bailes, estas aparentes
rarezas tienen su explicación en la regla que marca el sistema electoral
español, que utiliza la llamada Ley D'Hondt. Es un sistema electoral de cálculo
proporcional que divide el número de votos emitidos para cada partido entre el
número de cargos electos con los que cuenta cada circunscripción.
En definitiva, que el número de
concejales, depende del número de votos EMITIDOS, y el número de CONCEJALES A
ELEGIR. Lo segundo no ha cambiado en estas dos convocatorias de elecciones, en
Isla Cristina se eligen 21 concejales, así que la cuestión pasa por el número
efectivo de votantes y el reparto de votos entre las distintas fuerzas
electorales.
Respecto a lo primero, el número de
votantes, la explicación es obvia. En 2.015 han sido 991 menos los votantes, el
6,75% menos del electorado. Al haber menos papeletas emitidas para el mismo
número de puestos, cada voto, pesa más. Ya sabemos el por qué del interés en el
voto por correo de las últimas semanas, por ejemplo.
Una vez que se tienen los votos
emitidos, se sigue el siguiente proceso: se ordenan de mayor a menor los votos
obtenidos por las candidaturas que hayan conseguido al menos el 5% de las
papeletas. Posteriormente, se divide el número de votos obtenidos por cada
candidatura entre 1, 2, 3... hasta un número igual al de escaños
correspondientes al ayuntamiento, en el caso de Isla Cristina, 21. Los concejales
se asignan a las candidaturas que obtengan los cocientes mayores, atendiendo a
un orden decreciente.
Imaginemos, como ejemplo teórico,
un ayuntamiento con cinco concejales y donde hay tres partidos que han
conseguido más del 5% de los votos válidos emitidos. Hay que dividir el número
de votos que ha obtenido cada partido por 1, 2, 3, 4 y 5. Tendríamos así 15
cocientes, y de todos ellos los que obtienen escaño son los cinco cocientes más
altos.
El debate sobre la idoneidad del
sistema, adoptado en la transición en España, está abierto desde hace años. Con
el Método D´Hondt, en general, los beneficiados son los partidos mayoritarios y
los perjudicados, los pequeños. Se ha comprobado como en muchos casos ha favorecido
las mayorías absolutas. Cuando son numerosas e igualadas las candidaturas,
pueden producirse importantes paradojas como las que enunciábamos al principio.
El resultado ha sido que,
curiosamente, en Isla Cristina, el pasado domingo, la Ley d´Hont ha favorecido
a una formación minoritaria, la A.E. Ciudadanos Por Isla, y ha perjudicado al
PSOE-A que, por dos, casi simbólicos votos no ha obtenido un concejal más.
Con un escenario multipartidista,
se hace necesario, ante todo mejorar la participación, en demasiadas ocasiones,
los partidos sabedores que sólo cuentan los votos emitidos no hacen un
llamamiento suficiente a la participación; además, se hace necesario buscar
fórmulas que atiendan a las circunscripciones territoriales. Quizá el sistema
proporcional directo anglosajón no sea tampoco el idóneo, pero si es necesario
reconocer que el Método D´Hondt español diseñado hace treinta años, ya no es
válido, no refleja, en demasiados casos, una imagen fiel del pronunciamiento
del electorado.
En cualquiera de los casos, los
votos del pasado domingo están emitidos, los concejales asignados y lo que
ahora necesita Isla Cristina, y el resto de municipios, son gobiernos solventes
que trabajen por el mejor futuro desde los Ayuntamientos.
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