Mecanismos para relacionarse, seres sociales que somos, ya.
Que la era digital ha cambiado las formas de relacionarse,
ya.
Cualquier vía que nos permita huir de la terrible soledad,
ya.
Las redes sociales como punto de encuentro, como puente para
salvar el abismo del encierro, del destierro, de lo insulso, como herramienta
para vencer la timidez o para refugiarse en el anonimato, para expandir al
infinito el voyerismo.
Las páginas de contacto, dan una sugerente vuelta de rosca a
las redes sociales. Efecto secundario de la frialdad de la pantalla blanca que hipnotiza
largas horas nocturnas.
Cumplen estas páginas de contacto, además de una función
comercial, casi un servicio de orden público. Gracias a las redes sociales y
las páginas de contacto, muchas personas encuentran amigos y parejas. Otros
permiten desinhibir preferencias cohibidas por las reglas y barreras sociales.
E ir más allá y lanzarse a participar en páginas y foros de personas liberales,
llegar a pensar en intercambios, llevarlos a cabo.
Emociones crecientes, todo es empezar. Como en un parque de
atracciones, se comienza por algo sencillito, inocuo, inocente, para ir
haciendo el cuerpo, y, después, la adrenalina, adictiva pide emociones cada vez
más fuertes.
Al final del recinto, la atracción grande, para la que se
necesita llevar bien atados los zapatos, guardado el móvil y ajustado el arnés.
En la feria digital, esa atracción son las páginas de infidelidades. Esas que
llevan a la lujuria por el camino del morbo y que permiten conducir en la noche
sin luces de posición.
Las páginas que facilitan las infidelidades son las que, en
estos días, registran mayor número de altas y son las más visitadas en
bastantes países.
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