miércoles, 22 de julio de 2015

Oda al amor efímero


Mecanismos para relacionarse, seres sociales que somos, ya.

Que la era digital ha cambiado las formas de relacionarse, ya.

Cualquier vía que nos permita huir de la terrible soledad, ya.

Las redes sociales como punto de encuentro, como puente para salvar el abismo del encierro, del destierro, de lo insulso, como herramienta para vencer la timidez o para refugiarse en el anonimato, para expandir al infinito el voyerismo.

Las páginas de contacto, dan una sugerente vuelta de rosca a las redes sociales. Efecto secundario de la frialdad de la pantalla blanca que hipnotiza largas horas nocturnas.

Cumplen estas páginas de contacto, además de una función comercial, casi un servicio de orden público. Gracias a las redes sociales y las páginas de contacto, muchas personas encuentran amigos y parejas. Otros permiten desinhibir preferencias cohibidas por las reglas y barreras sociales. E ir más allá y lanzarse a participar en páginas y foros de personas liberales, llegar a pensar en intercambios, llevarlos a cabo.

Emociones crecientes, todo es empezar. Como en un parque de atracciones, se comienza por algo sencillito, inocuo, inocente, para ir haciendo el cuerpo, y, después, la adrenalina, adictiva pide emociones cada vez más fuertes.

Al final del recinto, la atracción grande, para la que se necesita llevar bien atados los zapatos, guardado el móvil y ajustado el arnés. En la feria digital, esa atracción son las páginas de infidelidades. Esas que llevan a la lujuria por el camino del morbo y que permiten conducir en la noche sin luces de posición.

Las páginas que facilitan las infidelidades son las que, en estos días, registran mayor número de altas y son las más visitadas en bastantes países.

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