La memoria es frágil, claro, para remediarlo están
la notas, los libros, la conciencia.
Por cuestiones de trabajo he estado varias veces en
Agadir en el último año. Al comentarlo con algunos amigos y conocidos isleños,
me ha sorprendido su importante desconocimiento. En varias ocasiones me han
preguntado si eso era una ciudad, que dónde estaba o qué hay allí.
En Isla Cristina existe el muelle de Agadir, la calle
Agadir, el bar Agadir y algunas otras referencias a esa ciudad marroquí, aunque
por costumbre en el uso de la palabra, ha acabado vaciándose de contenido y nos cuesta tener el punto necesario de
curiosidad para explicarnos por qué el muelle más señero isleño tiene esa denominación.
Y es que la relación entre Isla Cristina y Agadir ha sido larga y fructífera. Efectivamente, durante muchos años, ambos lugares
compartieron banco de pesca, flota, puntos de amarre, tripulaciones, maneras de
trabajar y también espacios sociales y culturales.
Lamentablemente el terremoto que asoló el centro
histórico de Agadir en 1.960 ha dejado escasas referencias de su historia reciente allí y no son tan
evidentes como en otras ciudades marroquíes como Tánger, Larache, El Jadida,
Kenitra, Casablanca o Essaouira. En Agadir lo que si queda es el recuerdo, y es
fantástico experimentar como te identifican como de los suyos cuando dices que
eres de Isla Cristina. No es necesario explicar mucho mas, bueno, si, te
preguntan de qué familia eres, sobre algunos armadores, marineros, y no faltan
las menciones a nombres de barcos.
En El muelle isleño era un acontecimiento cuando llegaban
los barcos cargados desde Agadir, se llevaban toda una marea alijando y se producía una movilización general de marineros, rederos, fábricas.
Los tiempos cambian, las técnicas avanzan y hay que pasar
página, aunque eso no puede significar olvido. De ahí venimos y por eso somos
hoy así. Agadir fue una pieza fundamental de la Isla Cristina del siglo XX,
es necesario saberlo y ponerlo en valor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario