lunes, 5 de octubre de 2015

La tecnificación de la política

Ayer se celebraron elecciones en Portugal. Durante toda la campaña existió un empate técnico entre el gobierno saliente de Passos Coelho y la agrupación de izquierdas encabezada por el Partido Socialista y el Bloco de Esquerda

El resultado ha sido que, pese al mayor número de votos de la izquierda, la fragmentación de la misma, permitirá al PSD-CDS, y Passos Coelho podrá formar gobierno, que presumiblemente será de continuidad, es decir, seguirá aplicando las directrices marcadas desde la mal llamada Europa.

Lo más significativo es lo desapercibidas que han pasado estas elecciones en una sociedad tan sensible en la actualidad a la vida política como la española. Seguro que alguno a estas alturas del texto no sienta pudor de reconocer que no sabía de los comicios de ayer.

Lógico, han pasado de puntillas por los medios de comunicación y numerosos factores macro iban a permitir casi a cualquier opción política elegida, escaso margen de maniobra. En definitiva, los analistas han supuesto que hay poco que decidir, poca carne en el asador de juego portugués, y para qué cansar a los españoles, ahora que están recientes las catalanas y llegan las generales.

La cuestión es que la sombra de la tecnificacion, la intervención de estancias superiores, los tiempos de crisis de estado supeditados a una importante cesión de soberanía, están dejando descafeinado el debate y la importancia de las citas electorales. Sólo supuestas amenazas, según ellos, como Syriza en Grecia o Podemos en España propician movimientos de cierres de filas.

En última instancia, da un poco igual que sean de derechas o de izquierdas, de arriba o de abajo, centralistas o federalistas, monárquicos o republicanos, los votos emitidos en Portugal. Poco nuevo se espera de cualquier gobierno nuevo portugués y así lo han visto los portugueses que aún siguen en su tierra, subsistiendo cada vez más de ellos por debajo del salario mínimo interprofesional. Un dato significativo lo atestigua, la abstención más alta de la historia registrada en el país vecino. Los que buscan la apatía y la desgana son en realidad los que han ganado ayer en Portugal.


La tecnificacion de la política que se está imponiendo en algunos territorios es uno de los peores cánceres de la democracia.

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