Movimiento de tierras
Es la enésima vez que lo dicen. Quieren hacernos creer que
es la definitiva. Estados Unidos se va a llevar la tierra contaminada de
Palomares a un lugar de seguridad nacional en el desierto de Nevada.

Cayeron en Palomares. A una se le accionó el paracaídas y no
sufrió percance, dos cayeron a plomo y dejaron escapar plutonio tras el golpe.
La cuarta cayó al mar, y la encontró con sus redes el 15 de marzo el que a
partir de entonces sería “Pepe, el de la bomba”.

Cuando apareció John Karry firmando el acuerdo y añadiendo
con la letra pequeña que aún hay que ponerse de acuerdo en la logística y en
ver quien corre con los costes, le pusieron algunos micros a los vecinos de
Palomares para pedir su opinión. Todos decían que no entendían a qué venía todo
esto ahora.

Ya puestos, podría añadirse al carrito las miles de
toneladas de residuos procedentes de la industria minera y por supuesto, las balsas
de fosfoyesos de Huelva.
Andalucía es una tierra tan rica, que ha sido explotada y
utilizada desde hace centenares de años. La mejora de las técnicas sólo ha
hecho que los impactos sean cada vez mayores. Las bombas de Palomares no hacen
sino recordarnos que a veces tenemos armas que escapan de nuestras manos y
nuestro control. Y lo que es peor, que no sabemos gestionar sus consecuencias.
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