martes, 3 de noviembre de 2015

Yo soy un Treehugger!



Pues si, yo soy uno de esos, un “Treehugger”, un abrazador de árboles, palabra que algunos utilizan de manera despectiva hacia los ambientalistas. Yo soy de los que gustan de acariciar la corteza, olerla, escuchar cómo circula la savia por dentro. Esto último les encanta a los niños, comprobado.

El gesto de abrazar árboles ha sido y es usado habitualmente de manera simbólica, pero ahora que los científicos han comprobado empíricamente que es bueno. Me voy a hartar!
  
Matthew Silverstone, ha publicado el libro “Cegados por la ciencia” y en el mismo demuestra que los árboles en realidad pueden impartir impactos positivos para la salud como en la depresión, los niveles de concentración, el estrés, y algunas formas de enfermedad mental. También demostró que pasar tiempo cerca de los árboles, y abrazarlos quita dolores de cabeza.

Según la nota de prensa que han divulgado: “ Estudios en niños han mostrado una mejora psicológica y fisiológica significativa en su salud cuando están involucrados con plantas y árboles. Algunas investigaciones mostraron que los niños funcionan mejor en entornos verdes y son más creativos en entornos verdes naturales.”

De otro lado, Marc Berman, asegura que la naturaleza es realmente eficaz para aliviar los síntomas de la depresión, e incluso promover la atención y la memoria en el trabajo. “Los espacios verdes seguros pueden ser tan eficaces como los medicamentos recetados en el tratamiento de algunas enfermedades mentales.” según científicos de la Universidad de Stanford.


No seré yo quien ponga en cuestión ninguno de estos estudios, con lo bien que me sienta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo creo en el lenguaje de las piedras. La Naturaleza nos habla, a veces grita. Sólo hay que estar dispuest@ a sentirla.