miércoles, 13 de enero de 2016

Riesgos de la política de símbolos

Llevar a cabo políticas de gestos, de símbolos, permite visualizar personas, situaciones, temas, que pueden considerarse marginales, residuales y que si no fuese precisamente por estos gestos, nunca ocuparían la primera página de un periódico o un noticiero.

La dificultad pasa por ir más lejos y a un nivel de mayor profundidad en los temas y no quedarse en esos símbolos que se quedan en la foto y en la anécdota si no se va al fondo de la cuestión. Así, el gesto de Carolina Bescansa visualiza los problemas de conciliación, perfecto. Hasta ahí.

Si nos quedamos en los símbolos nos quedamos en la anécdota. Está bien, por ejemplo que los representantes públicos utilicen transporte público, pero eso no puede ser el motivo de que dediquen mucho de su tiempo a desplazarse. Los parlamentarios, los diputados tienen que estar en su despacho, y en reuniones con agentes sociales y atendiendo a los problemas sociales, no supeditados a horarios que les restan tiempo útil.

Es importante el dinero público, no despilfarrarlo, y es necesario ser transparente en el salario y retribuciones complementarias y adicionales, pero no puede ceñirse la política económica a estas cuestiones, las grandes partidas presupuestas con las que es imprescindible ser eficientes y eficaces son otras.

Utilizar la política de gestos y símbolos bordeando la línea de los reglamentos, de lo establecido, lo único que va a provocar es que la burocracia, la reglamentación, el control, la causística se multiplique, y todo ese tiempo, todo ese esfuerzo podrá dar lugar a titulares, pero a la vez servirá de cortina de humo para no abordar cuestiones mucho más trascendentales.

Jugar con los límites de los reglamentos para hacer política de gestos solo sirve para convertir en inoperantes las instituciones.


Los representantes públicos deben usar lo simbólico, claro, pero su esfuerzo debe estar en los temas de calado, en las propuestas que de verdad transformen el territorio y la sociedad y me temo que estamos ante una legislatura de postureo.

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