jueves, 3 de marzo de 2016

Necesidad de Futuro Colectivo


Los cambios deben percibirse como necesarios para que se materialicen, por simple y vital instinto de supervivencia, somos naturalmente conservadores, la aversión al cambio.

Centenares de manuales y teorías existen para motivar el cambio en las organizaciones. Reto tan viejo, tan básico, tan eterno como los liderazgos y los principios básicos de gestión y dirección.

Mientras no exista una inquietud social, una demanda colectiva, una situación que se perciba, que se sienta como precaria, aunque sea por pura comparación con otros, no tendrán éxito los exploradores, los inquietos, los más sensibles y necesitados de esos cambios.

Cuando la mayoría no tiene vida, latente, imperiosa, una necesidad real propia, no pueden prosperar ni consolidarse alternativas políticas reales, materializables que plasmen en el futuro colectivo esas demandas.

 Mientras no se perciba la amenaza como propia, no existirá movilización.

La desafección de las instituciones ha derivado en la actualidad hacia una apatía hacia lo colectivo y el desvanecimiento del futuro, el que sea, como proyecto común.

Hoy lo colectivo se ciñe al seno del núcleo familiar intrageneracional, por eso el reto, el objetivo estratégico pasa por llegar a tener una buena casa, tele, coche y vacaciones. En la práctica ese es el sentido de la mayoría. No cabe entenderlo de otra manera, y hoy, el status quo establecido alimenta incesantemente esta idea.

En ese ideal antroponcéntrico, reducido, egoísta y cortoplacista es donde radica el fracaso social

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